Es descendiente de inmigrantes de Europa Central. Se radicó en Catamarca en los años 90. Asegura que actualmente trabaja unas 18 horas por día, y sólo paró de hacerlo cuando le realizaron un trasplante. Estuvo cara a cara con la muerte, y dice que eso le cambió su mirada acerca de la vida. Ama a su familia «absolutamente». No hace mucho tiempo se recibió de abogado y ya quiere ser escribano. Está orgulloso de la «revolución» que produjo en Catamarca como Secretario de Deportes. Es uno de los funcionarios de Lucía Corpacci que completará los dos períodos de la gobernadora, permaneciendo siempre en el mismo cargo. Es profundamente creyente, está convencido de que Dios le dio la misión de ayudar a los demás, y tiene un tío que es un cura célebre postulado como Premio Nobel de la Paz. Es sencillo, le gusta el contacto con las personas, y quiere ser el próximo intendente de San Fernando del Valle, aunque sabe que esta aspiración le hará ganarse varios enemigos. Hace poco escribió en las redes sociales: «Estuve presente en la inauguración del período de Sesiones Ordinarias del Concejo Deliberante de la Capital, acompañando en su último discurso al Intendente Raúl Jalil, tras una destacable gestión. Trabajaremos para ser quienes continuemos con el crecimiento de la ciudad y en favor de cada vecino». Se llama Maximiliano Brumec (Maxi, a secas, lo llaman todos), y habló con ExtraCatamarca.com durante el feriado de Carnaval.
Extra: Hablanos de tu niñez, de tus padres, de tus orígenes…
MB: Soy hijo de padres eslovenos. Mi papá es yugoslavo, que después Yugoslavia se transformó en Eslovenia. Ellos vinieron de ahí. Mi mamá es hija de esloveno. Somos cinco hermanos que tenemos una cultura del trabajo desde muy pequeños al ser una cultura europea y de guerra. Mi abuelo estuvo en la Segunda Guerra Mundial. Llegaron a Miramar, donde nació mi mamá, y mi papá a los 11 años llegó de Yugoslavia (que hoy ya es Eslovenia), y existían los clubes eslovenos, donde se conocieron. Las comunidades eran muy cerradas, y entonces se casan entre eslovenos. Soy el segundo de cinco hermanos, mi padre siempre se dedicó a la carpintería y tenía una fábrica de muebles, y desde los seis o siete años nos hacía ir a la fábrica, a trabajar, a acompañarlo, más allá del estudio, por supuesto.
Extra: ¿Siempre en Miramar?
MB: No, en Miramar nació mi mamá, pero después pasamos a Buenos Aires, a Avellaneda. Estudié en Nuestra Señora de Loreto, que es un colegio católico que fue uno de mis grandes formadores, donde estuve hasta la secundaria alternando el trabajo. Al terminar la secundaria quería estudiar abogacía, y en realidad no nos daban las condiciones para poder no trabajar y estudiar, y tenía que estudiar de noche porque durante el día trabajaba. Como toda mi vida fui deportista, me dije «bueno, estudio Educación Física». A los tres años me recibí de Maestro Nacional de Educación Física en Buenos Aires. Vine a Catamarca con una carpeta bajo el brazo a dar un curso de Recreación en 1996 ó 1997, y empecé a buscar horas como maestro. Termino Educación Física acá. En el profesorado creamos el primer Centro de Estudiantes, y fui su primer presidente, donde recuerdo que la votación a la que fuimos con lista única terminó 492 a 1, y ese «uno» que no nos votó, hoy trabaja conmigo acá en la Secretaría. Yo ya era maestro con algunas horas a prueba en el Colegio Enrique Hood, y terminé siendo Director de la escuela del nivel secundario, que era polimodal en ese momento. Trabajé en las escuelas municipales, y con el trabajo fui creciendo.
Extra: Volviendo a la infancia…
MB: Mi infancia fue muy familiar. Basada también, por parte de mi madre en la religión. Tengo un tío, que es el padre Pedro Opeka, que es una persona que nos ha guiado mucho, que está en Madagascar, donde hizo una obra muy grande, y fue nominado para Premio Nobel de la Paz…
Extra: Ah sí, se hizo muy conocido en 2016 por unos documentales…
MB: Claro, salió por la tele, por todos lados… bueno, él es hermano de mi mamá. Por eso por el lado de mi madre siempre fuimos muy creyentes, y por el lado de mi papá la formación, la rigidez, esa conducta europea de quien no tuvo nada y de trabajar mucho desde muy pequeño
Extra: Es decir, Opeka es tu tío directo.
MB: Sí, es mi tío directo. Ahora, cuando cumplió 70 años vino a la Argentina y estuvimos en su cumpleaños. Yo lo invité a monseñor Urbanc, que estuvo presente, y mi tío es el modelo que siempre hemos tenido. Yo soy Brumec Opeka. Mi mamá es Opeka. Desde niños en mi familia al menos una hora por día nos hacían leer, después eso se transformó en una pasión y me hizo obtener varios títulos. Actualmente, antes de acostarme me pongo a leer una hora, y eso me sirvió. Fue una infancia muy linda. A veces uno se preguntaba cosas, porque veías a los chicos que los sábados iban a las colonias de vacaciones y yo tenía que ir a la fábrica. Pero es lo que me tocó vivir. Llevé la familia mucho tiempo al hombro…
Extra: ¿Lo vivías como un sacrificio?
MB: Uno se preguntaba a veces «por qué». No significa que no tenía mis actividades, practicar mis deportes. Pero cuando tuve la posibilidad de decidir, volé. Dejé las empresas que tiene mi padre, porque me había saturado, y elegí mi camino. En ese camino llegué a Catamarca.
Extra: ¿Por qué Catamarca?
MB: Estábamos en un curso en Ezeiza, como te dije sobre Recreación, y vino gente de todas las provincias, entre ellas Catamarca. En ese contingente conocí a quien fue mi primer mujer, mi esposa. Me vine a trabajar, y me casé aquí y me quedé. Instalé mi vida en Catamarca.

Extra: ¿Y la política? ¿Desde cuándo?
MB: En realidad nunca fui una persona que pensara en la política. Cuando empecé, lo hice con muchas colonias de vacaciones, teniendo ocho de manera simultánea; con Andrés Chazarreta teníamos una colonia de vacaciones que se llamaba Punto Límite donde llegamos a tener más de 1.200 ó 1.500 chicos. Era un «boom». Entonces fui creciendo muy rápido, y como te dije, siendo muy joven a los 25 años ya era Director de escuela. Luego me ofrecen un trabajo en Desarrollo Social, en una Dirección que se llamaba PIO, en el gobierno de Brizuela del Moral. En ese momento la conozco a la doctora Lucía Corpacci, a través de un sobrino de quien era su profesor, cuando ella estaba en Desarrollo Social de la Nación. Luego ella es parte del gobierno en la época de Néstor Kirchner, con quien me empezó a gustar esto de la política, porque me empecé a decir que uno puede ser parte. Lucía iba como vicegobernadora. Pero para mí, aún en ese momento, todo era trabajo. Hice varias cosas, como un programa de televisión que se llamaba «Saber para crecer», en la municipalidad, y siempre innovando, fui profesor de terciario, y cuando tuve la posibilidad dije: «bueno, ahora tengo que hacer mi pasión, tengo que estudiar abogacía». Me puse a estudiar a distancia, en cuatro años hice la carrera, aunque tuve que parar porque tuve un problemita de salud, pero me pude recibir de abogado y ahora sigo estudiando y pronto voy a ser escribano, si Dios quiere…

Extra: ¿También escribano?
MB: Sí, y me recibiré y seguiré estudiando alguna otra cosa, porque me gusta leer, estudiar… Voy por el cuarto título. Escribanía, en realidad, porque es un complemento de abogacía, ocho materias más, y ya buscaré otro perfil, otro rubro. Si te tengo que decir algo que me encantaría estudiar pero no hay a distancia, es psicología. Siempre me atrajo el análisis de la mente humana, las actitudes, el comportamiento… ¡Me fascina! La psicología social, el comportamiento de las masas, me encanta pero lo hago más de hobby.
Extra: ¿Y vas a ejercer alguna vez como abogado?
MB: En su momento, cuando deje la función pública, sí. Me encantaría ejercer. La parte laboral y de familia me gusta mucho, es algo que me apasiona porque cuando uno vive muchas cosas dentro de su familia, después lo ves con otros ojos y pensás a cuánta gente podés ayudar siendo abogado. Pero mientras esté en un cargo no puedo ejercer porque no está permitido.

Extra: ¿Cuánto tiempo llevás en la Secretaría de Deportes?
MB: Desde la asunción de Lucía Corpacci. Siete años, y este es el octavo y último, cumpliendo los dos períodos. Ella me invitó, me hizo una propuesta, y la acompañé durante todo su período. En deportes hemos causado una revolución. Primero: lo estructuramos, que fue lo importante, porque había un desorden. Había cosas aisladas interesantes de la gestión anterior, pero que surgían. Nosotros hicimos una estructuración real, trabajando sobre el Deporte Social, de Alto Rendimiento, y los Eventos deportivos. Cada uno tiene sus aristas. En Deporte Social trabajamos con los adultos mayores, con personas con discapacidad, con el fin de que la mayor cantidad de gente haga deporte, ese es el objetivo. Mejoramos los polideportivos, aumentamos en un 1.000 por ciento (y esto no es verso) la cantidad de chicos que van a hacer actividades físicas en los polideportivos; empezamos a poner escuelas en los barrios; comenzamos a trabajar con el interior, a recorrerlo, recorrí la provincia muchísimas veces, y empezamos a cambiar la idea del «fulbo» por la idea del deporte. Y cuando digo «fulbo» no digo «fútbol». Porque en muchos lugares había «fulbo», porque se tiraba la pelota. Y después sí hubo fútbol, o hubo atletismo. Te puedo mencionar el caso de Hualfín, que hoy tienen seis o siete disciplinas que se destacan a nivel nacional; en Laguna Blanca los chicos de atletismo; ni hablar de Pomán, Belén, que hoy tienen una estructura de desarrollo deportivo. Antes, en los Juegos Evita, el 80 ó 90% era de Capital. Hoy el 30 o 40% es de Capital, y el resto es del interior. Y en el Alto Rendimiento hicimos también algo muy importante: tenemos un equipo con psicólogos, nutricionistas, está a cargo el doctor Jorge Herrera, deportólogo. Compramos una maquinaria que no hay en todo el norte argentino, que tiene que ver con el consumo de gases, para que todos los deportistas que puedan competir a nivel nacional o internacional, ya tengan una base similar. Nosotros hoy tenemos más de 60 deportistas en el mundo, que visten la camiseta de la Selección Argentina, de distintas edades, desde chiquitos hasta veteranos. Cuando llegamos había dos o tres y de casualidad. Hoy está programado, y vienen bases, de abajo. Tenemos el primer Puma (rugby); a Agustín Tapia como número uno en paddle nosotros lo ayudamos cuando tenía 10 años; en los Juegos de Playa donde los chicos de rugby y de fútbol salieron campeones; conseguimos un onceavo puesto en Aguas Abiertas; hicimos el Nacional de Triatlón; tenemos el primer chico del NOA en Gimnasia, que fue Mundial, Ulises Páez, que fue a Alemania; y así en el ciclismo, en el mountain bike, en el yudo con Mika Rojas en los Juegos Olímpicos… Se fue dando un protocolo de desarrollo deportivo desde un lugar con una densidad de población baja, y no es tan fácil. Siempre lo digo con orgullo: cuando nosotros llegamos, en los Juegos Evita decían «qué suerte jugamos contra Catamarca», pero ahora dicen «che, guarda, cuidado, ahí está Catamarca». Esa diferencia es un orgullo. Yo siempre digo que el próximo Secretario de Deportes va a ser el mejor, porque hemos armado las bases.

Extra: ¿Cómo se dio esta «revolución», como la llamaste? ¿Ya la tenías en mente antes de asumir?
MB: Recorrer, preguntar, acercarte a gente que sabe y valorarla, incluso gente que estaba excluida… armar planes y estrategias de trabajo. Una de las cosas más importantes, que todavía no tiene un resultado y no lo voy a ver en mi gestión, es la Comisión de Desarrollo Olímpico. Hemos creado una Comisión que está estudiando a cada una de las 28 disciplinas olímpicas, y haciendo un diagnóstico de cómo estamos en Catamarca. Con ese diagnóstico vamos a hacer un protocolo para el desarrollo de cada disciplina, para saber lo que falta, lo que hay que invertir en estructura o capacitación, eso está en estudio con tres personas muy importantes de Catamarca.

Extra: ¿Y el trabajo barrial?
MB: Ahí logramos cosas que no se ven en medallas. Tenemos actividades en los barrios permanentemente. Hoy en los torneos barriales hay más de 400 ó 500 equipos. Y nosotros estamos presentes porque son esos chicos que no pueden llegar a los clubes, porque trabajan, porque tienen un bebé, porque van a trabajar a la obra en construcción, pero van el fin de semana a jugar con una pasión y profesionalismo admirables. ¿Y sabés qué dicen? Me dicen «yo dejé de tomar los fines de semana porque quiero ir a jugar y quiero ganar». ¿Y cuál es el verdadero sentido del deporte? ¿Es la medalla que hemos logrado como campeones argentinos, o es que la gente entienda que el deporte es una forma de vida?
Extra: Un gobierno tiene que entender al deporte como una prioridad para la sociedad…
MB: El deporte debe ser el eje fundamental, tan importante como la salud y la educación.

Extra: ¿Así lo entendió la gobernadora?
MB: Así lo entendió Lucía, y su consejo fue «que mucha gente haga deporte». Ella no se fijó en las medallas, que son consecuencias, pero nos dijo «quiero que estén en todos lados». Por eso vos me vas a ver en un torneo barrial, en el interior, en todos lados. Un caso concreto es el tema del boxeo: hacen un gimnasio hermoso en la Capital, traen excelentes entrenadores; y nosotros no, nosotros hicimos 38 gimnasios en los barrios, en cada casa, en cada lugar, y con un programa para apoyarlos.

Extra: ¿38 hicieron?
MB: 38 hay solamente en la Capital, y estamos ayudando a unos diez o doce en el interior, que se empiezan a multiplicar. ¿Por qué? Porque el chico que está en la calle, tirado, tomando algo, ve el gimnasio a media cuadra, a dos cuadras de su casa, y se acerca, y esa actividad lo ayuda a salir. Si tiene que ir en colectivo, quizá no tenga, y caminando hasta un gimnasio que está en el centro no tiene sentido. El deporte barrial es el que permite que cada vez más gente se acerque. Y de ahí salen valores. Hoy, por ejemplo, de un gimnasio barrial, tenemos dos chicos en Selección Argentina, de 15 y 16 años. Y en esto te cuento una anécdota: siempre nos intentan desmerecer a los del interior, y yo en ese punto puse una bandera muy fuerte a nivel nacional como representante de todos los secretarios de deportes del NOA… uno de nuestros chicos sale campeón en los Evita y le gana al de Buenos Aires; en el Argentino sale campeón el nuestro y le gana al de Buenos Aires; vamos a un Regional, le gana al de Buenos Aires; cuando llaman para la Selección Argentina, llaman al de Buenos Aires, no al nuestro que le había ganado tres veces. Entonces me fui a pelearme allá, y lo llamaron al nuestro, y fuimos a hacer una gira por Estados Unidos, donde el único que sacó medalla fue el nuestro. Hoy está en la Selección Argentina. Son injusticias que pasan a veces. En los Juegos Olímpicos, uno de nuestros deportistas tendría que haber entrado, porque de seis torneos le ganó cinco al mendocino, y entró el mendocino… Todavía pasan esas cosas. Y le pregunté a los padres si querían que interceda, eso fue en Tiro, y me dijeron que no porque lo podían dejar afuera y tenía por delante el Panamericano. Todavía piensan que todo pasa por Buenos Aires, pero estamos rompiendo con eso.
Extra: ¿En qué quedó el tema de la Agencia de Deporte a nivel nacional?
MB: En ese tema encabezamos el planteo desde el interior. ¿Por qué van a vender, a tener un negocio comercial? ¿Y los chicos del interior? ¿Y los chicos que van a CENARD a entrenar? ¿Por qué no voy a pelear por ellos? Logramos que la Bicameral rechace ese Decreto de Necesidad y Urgencia, y ahora cuando vuelvan las sesiones el Congreso decidirá. Si nuestro representantes agregan puntos que favorezcan al interior, está bárbaro, pero que no sea directamente decidido por Macri, favoreciendo a los que viven en la General Paz.

Extra: ¿Qué nos falta deportivamente?
MB: Creo que el apoyo del privado está faltando, porque lamentablemente no damos más. Ayudamos a todos los que podemos, pero para que el deporte termine de explotar, falta el apoyo del privado, que existan normativas, que haya confianza de empresas privadas, de grandes emprendimientos, de la minería, que apoyen a los equipos grandes, porque es mucho el dinero que se necesita, y no llegás a cubrir todas las expectativas. Hemos elevado tan alta la vara, que tenemos campeones de lo que se te ocurra, y hay que ayudar. Hoy tenemos dos equipos de voley que están entre los ocho mejores del país: Ateneo y San Lorenzo de Alem. Si esos equipos tuvieran un aporte privado, no tengo dudas que ascenderían rápidamente. Y comenzamos con un trabajo importante para que los padres se sientan parte del club, que vuelva a ser el club ese lugar de unión familiar, que no sea un depositario de chicos adonde dejarlos y volver a buscarlos, que se integren los padres. Por eso incorporamos un programa el año pasado y nos fue muy bien, que se llama «Yo voy al club», donde dimos premios, donde hicimos que los papás se sumen. Si logramos esto, y que el privado aporte, lo único que tendrá que hacer el Estado es coordinar las acciones.
Extra: ¿Y después de esta experiencia en la Secretaría de Deportes, qué sigue?
MB: Yo me enamoré de este proyecto, Lucía Corpacci me hizo amar la política y creer que se puede hacer algo distinto. Quiero ser útil al proyecto de lo que viene…
Extra: Te gustaría que ella fuera por otro mandato…
MB: Sí, creo que es la persona que tiene que ir, pero si no es así, hay muchas personas que pueden estar en condiciones…
Extra: ¿Seguirías cuatro años más en la Secretaría?
MB: No… Ya es el momento que venga alguien más.

Extra: ¿Qué te gustaría hacer?
MB: En lo político haré lo que me pida Lucía, el proyecto, el partido. La intención mía es pelear por la intendencia de la Capital; me estoy formando y preparando para eso, para ser una opción para el momento en que Lucía y el partido decidan quiénes son los candidatos posibles, y si hay PASO o no, si hay internas tener la posibilidad de competir por un lugar, y si no, ser referente del proyecto, y si pierdo acompañar a quien me gane. Eso es en lo personal. Pero lo personal va por debajo de lo grupal, del equipo.
Extra: Ya hablaste con Lucía de tus aspiraciones.
MB: Sí…
Extra: ¿Qué te dijo?
MB: Que trabaje duro, que siga trabajando, que vaya a los lugares que no están vinculados al deporte solamente, que me conozca la gente… Por supuesto que no me prometió ninguna candidatura, pero me dijo que voy a tener todo el apoyo, como seguramente lo tendrán otros precandidatos. Si vamos a las PASO creo que es o más sano, para que la gente decida quién sea.

Extra: Hay que reconocer que tu actual función fue una buena plataforma.
MB: Por supuesto. Porque acá vienen de todas las clases sociales; en toda familia hay alguien que hace algo y de algún lado te conocen. Y después está también la parte política, que es algo que hablaba hoy con mi familia: se enteran que vas a ser candidato y ya empiezan a querer pegarte, a inventarte cosas, pero es el juego de la política. Yo digo que en siete años no tuve ningún problema y ahora van a aparecer todos juntos, pero porque hay gente que todavía piensa como en esa vieja manera de hacer política, cuando en realidad uno puede discutir ideas y que la gente decida. Pero estoy preparado y tengo bien claros mis valores, mis convicciones, lo que quiero, dónde podemos llegar, y no soy yo, somos un equipo muy grande que estamos trabajando.
Extra: ¿Cuántos son?
MB: Uff… cientos. Ya no es sólo Deportes, se han sumado distintas áreas de circuitos, agrupaciones, muchos acompañando siempre a Lucía, así que ya no decido yo, sino el equipo.

Extra: ¿Y qué te pareció la gestión de Raúl Jalil en deportes?
MB: Hemos trabajado muchas veces juntos, como complemento. Creo que las canchitas barriales fue algo muy importante que hizo el intendente, acompañado por el gobierno de la provincia. En algunas cosas disentimos, como esto que te contaba del gimnasio: él eligió hacer un buen gimnasio en el centro, nosotros elegimos ir a los barrios, pero entre los dos creo que hemos abarcado y apoyamos a todos en un mismo proyecto. Las colonias de vacaciones las hacemos juntos y son miles de chicos que pasan por ahí. En general, la gestión de Raúl fue muy buena. Hizo una gran gestión. Mi perfil tal vez sea diferente, pero se puede continuar con muchísimas cosas buenas que hizo, y yo le daré mi impronta personal, del mano a mano, de estar cerca de la gente, de ver en cada barrio qué es lo que se necesita. Pero creo que para mí sería un orgullo continuar la gestión de él.

Extra: Dijiste que viniste a Catamarca porque conociste a quien luego fue tu mujer… ahora exmujer…
MB: Mi exmujer, sí, porque estoy casado en segundas nupcias, tengo dos hijos hermosos, de 10 y 13 años, y mi mujer, mi compañera, Gabi, quien me ayuda porque si no sería imposible… Nada sin ella. Es la persona que está al lado mío permanentemente. Hace un par de años tuve un problema de salud importante, una insuficiencia renal crónica, y me tuvieron que hacer un trasplante. Me trasplantaron. Estuve tres meses en terapia intensiva, y Gabi estuvo al lado mío todo el tiempo… Y en ese momento, empezás a valorar las cosas reales de la vida. Estuve muy cerquita de la muerte… muy cerquita. Recuerdo una anécdota, cuando fue la operación, y el médico le había dicho a mi esposa y mi mamá que no había pasado… Después se escucha «no, pará que hay una posibilidad», y acá estoy. Después de ese momento valorás distinto las cosas. Yo estaba internado, y me acuerdo que estaban los Juegos Olímpicos, y yo me la pasaba viendo tele en terapia, y me acuerdo que a un gimnasta, Molinari, yo le decía «¡dale que podés, dale que podés!», y en realidad yo me lo decía a mí mismo. Los médicos nunca entendieron cómo yo pude salir así de fuerte y tan rápido.

Extra: Y saliste adelante…
MB: El deporte me ayudó. La vida me ayudó. Y siento que Dios me dio dos misiones en mi vida, una es cuidar a mi familia, y otra es hacer algo por la gente. Por eso, cuando hay problemas que son más superficiales, uno ya ve las cosas importantes: poder dejar una huella, fijarte que siempre hay alguien que necesita más que vos y que te necesita. Esa historia de estar tan cerca de la muerte me cambió la mirada. Y dedico mi vida con pasión a esto. Y al lado tuyo tenés que tener a alguien que te entienda y que te acompañe, porque le dedico muchas horas a este trabajo, de lunes a lunes. Muchas veces me acompaño con mis hijos, con mi señora. En el último discurso, en la Cena del Deporte, dije que debería pedirles disculpas por tantos fines de semana que les robé, por no estar con ellos. Saben que no lo hago sólo por trabajo, sino porque creo en lo que hago, porque creo que es una misión que tengo, y ellos son parte. Amo a mi familia absolutamente y es lo más importante que tengo. Somos, juntos, un equilibrio y sostén.

Extra: ¿Qué es lo más importante que le dejarías a tus hijos?
MB: A mis hijos quiero dejarles el mensaje de que siempre se puede. Yo trabajo 18, 20 horas por día, pero hay que cuidarse también, y ahí está el límite, tu mujer cuando te dice «ya está, te estás pasando», porque el amor también es decir «no». Hoy estuvimos a la mañana con los chicos poniendo arcos en el fondo de casa, pateando, y si no, salimos a andar en bicicleta. El fin de semana les enseñé a hacer un asado, y por primera vez los chicos hicieron unas hamburguesas a la parrilla sin que yo me meta… Todas esas pequeñas cosas es la vida.
Maximiliano Brumec deja en claro, sobre el final de la conversación, que no está en política por un cargo: «Ni siquiera por mi vida económica. Mi familia es una familia de empresarios de hace 40 ó 50 años en Catamarca, que tiene muchas empresas, moteles… económicamente vivimos bien, y no de esto. Hago las cosas por pasión, busco realmente ser útil».
Extra: Y ya que estuviste ahí, al límite entre la vida y la muerte, ¿qué te imaginás que hay después, en el Más Allá? ¿O no hay nada?
MB: Lo hemos hablado al principio, sobre mi formación católica, cristiana. Creo que hay un Dios que todo lo ve, que hay un cielo, que hay un después…

Extra: Pero leés mucho, y dicen que cuando más uno lee, más descree…
MB: Pero la formación cristiana es muy fuerte. Y no es la lectura lo que a veces te hace dudar. Cuando vos tenés problemas de tal magnitud, como los que tuve, no te digo que a veces no te preguntás «che, Dios, por qué a mí? ¡Basta!» Y es porque vos tenés la posibilidad de llevar esa cruz. A veces no te quitan la fe la lectura o el conocimiento, sino los problemas cotidianos, y después te das cuenta de que Dios nunca te deja solo, y te da esa posibilidad de acompañarte, y te ayuda a llevar esa cruz. Hay un montón de libros que hablan sobre ese tema. Siempre quiero dejarle a mis hijos ese mensaje: que se puede, cuando uno pone voluntad y amor. El amor es la forma de vivir, donde tenés que sacrificarte y te tienen que costar las cosas. Levantarte todos los días en esos momentos dificilísimos de salud, que para ir de la cama al baño tardaba 30 minutos… y me preguntaban «¿te ayudamos?» «¡No! porque mañana voy a demorar 25, y pasado mañana voy a demorar 20, y después 15, hasta que lo haga en 5 minutos»… Esa fuerza interior de recuperación, es lo que quiero dejar como herencia a mis hijos.

Extra: Por último, ¿qué mensaje le darías a los más jóvenes que están descreídos de los políticos?
MB: Yo doy cursos de liderazgos, de espíritu para crecer, en terciarios, en secundarios… Una vez, una chica me pregunta «¿qué le falta a Catamarca?» Y yo le contesté: «Que te metas, que te involucres, que seas parte». El mejor mensaje es que te involucres en la vida política, cotidiana, que sean parte, que puedan tomar sus decisiones, que entiendan que son alguien, que pueden, que no son un número, pero se tienen que meter. Ahora, meterse y ser parte implica primero responsabilidad, y segundo esas cosas feas que te pasan, lo que te decía recién, que hay un montón de gente que te putea por las redes sociales y ni te conoce. Simplemente por el sillón ocupado y por lo que querés ser. Tenés que tener esa espalda y la convicción de lo que querés. Entonces, responsabilidad es convicción. En el peronismo o en Cambiemos, ¡no importa! Metete, jugá, sentí, sé parte, sentí lo que significa ayudar, preparate, estudiá… Recomiendo siempre la formación intelectual, porque no solamente es militar por un partido, hay que formarse para cuando ese partido llegue al poder, estés preparado para ejercer ciertos cargos. Creo que hoy los jóvenes son los que nos están mostrando el camino diferente.
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