El Régimen de Inversión y Grandes Infraestructuras (RIGI), un nuevo esquema diseñado para ofrecer significativos beneficios fiscales y aduaneros a proyectos de gran envergadura, ha entrado en vigencia en Argentina. Este régimen está orientado a sectores clave como energías renovables, petróleo, gas, y forestoindustria, con el objetivo de atraer inversiones significativas que impulsen el crecimiento económico y la generación de empleo en el país.
El RIGI establece un umbral mínimo de inversión que varía según el sector, garantizando que solo los proyectos de mayor magnitud puedan acceder a los beneficios ofrecidos. Entre estos incentivos se incluyen exenciones fiscales, reducciones de aranceles de importación para maquinaria y equipos, y facilidades para la repatriación de capitales. Además, el régimen ofrece estabilidad jurídica y fiscal a largo plazo, lo que proporciona a los inversores un entorno más predecible para desarrollar sus proyectos.
La implementación del RIGI es parte de una estrategia más amplia del gobierno para posicionar a Argentina como un destino atractivo para inversiones internacionales, especialmente en sectores estratégicos que pueden generar un alto impacto en la economía local. Con este nuevo régimen, se espera no solo atraer capital extranjero, sino también fomentar el desarrollo de infraestructura clave y la creación de empleos de calidad en las regiones donde se implementen estos proyectos.
Los sectores de energías renovables, petróleo, gas, y forestoindustria han sido seleccionados por su potencial para contribuir significativamente al desarrollo sostenible del país. El RIGI también busca alinear las inversiones con los objetivos de transición energética y sostenibilidad, promoviendo proyectos que no solo generen beneficios económicos, sino que también sean respetuosos con el medio ambiente.
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