Tras cuatro días de enfrentamientos en la frontera entre Tailandia y Camboya, ambos gobiernos acordaron reunirse en Malasia para buscar una salida pacífica. Se espera que las conversaciones mediadas por Malasia, en su rol de presidente rotatorio de la ASEAN, lleven a un eventual alto el fuego y resuelvan la disputa territorial. La tensión ha dejado al menos 34 muertos, decenas de heridos y miles de desplazados, generando preocupación a nivel regional e internacional.
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MALASIA COMO MEDIADOR
Los primeros ministros de Tailandia y Camboya llegarán a Kuala Lumpur para las conversaciones mediadas por Malasia, quien actúa como presidente rotatorio de la ASEAN. Ambos países confían en la imparcialidad de Malasia y acordaron que ningún otro país intervenga en el conflicto. Además, se espera que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, esté interesado en contribuir a la resolución del conflicto.
LLAMADO DE EE. UU.
Donald Trump mantuvo conversaciones telefónicas con los líderes de Tailandia y Camboya, quienes aceptaron reunirse y negociar un alto el fuego. Los líderes tailandeses expresaron su deseo de iniciar un diálogo bilateral a través de Trump. Mientras tanto, desde el lado camboyano, se acusó a las fuerzas tailandesas de efectuar incursiones con armamento pesado, y desde Tailandia se denunció que Camboya atacó con artillería en provincias tailandesas.
PROPUESTA DE ALTO EL FUEGO
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su disposición a contribuir a una solución pacífica y manifestó preocupación por la escalada militar en la región. La tensión actual revive una disputa territorial histórica entre ambos países, centrada en desacuerdos sobre la delimitación de la frontera. La reunión en Kuala Lumpur será la primera instancia formal de negociación desde el inicio de la crisis, y se espera que sirva para establecer un canal diplomático directo entre ambas partes.
DETERIORO HUMANITARIO
La situación humanitaria en la zona fronteriza se deteriora, con miles de civiles desplazados y dificultades de acceso para los organismos de ayuda. El rol de Malasia como mediador será clave para determinar si esta crisis podrá contenerse por la vía diplomática o si derivará en una confrontación de mayor escala.