Los ejércitos de Tailandia y Camboya continúan los enfrentamientos en su frontera, con un saldo de al menos 32 muertos y más de 140.000 desplazados. A pesar de los anuncios de posible alto el fuego, los combates persisten, elevando la tensión en una zona históricamente inestable.
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Ambos países han elevado la disputa al Consejo de Seguridad de la ONU, que celebró una reunión privada de emergencia en Nueva York para abordar la situación. Camboya acusó a Tailandia de emplear armamento pesado, mientras que Tailandia acusó a Camboya de ataques indiscriminados contra civiles.
El conflicto se inscribe en una antigua disputa por zonas fronterizas, y se teme una escalada prolongada si no se concreta un alto el fuego. Mientras tanto, la situación humanitaria en las zonas afectadas se agrava, con miles de personas desplazadas y servicios básicos interrumpidos. Las organizaciones humanitarias han solicitado acceso seguro para asistir a las comunidades atrapadas en medio del conflicto.