En el país, por el paro, la actividad se resintió por los trabajadores que no pudieron viajar por las medidas que afectaron al transporte. Sin embargo, varias líneas de colectivo están operativas y el sector privado prácticamente no se sumó a la protesta de los sindicatos contra el Gobierno.
Los gremios que integran la CGT esperaban para este jueves uno de los paros de mayor acatamiento de los últimos años. Sin embargo, la realidad terminó mostrando otra cara: transcurridas más de 12 horas, la medida de fuerza se sintió sólo en los sectores afectados por la paralización del transporte, que no fue total. Varias líneas de colectivos resistieron a la presión y funcionaron con normalidad durante toda la mañana a diferencia de trenes, subtes y aviones que sí estuvieron paralizados a excepción de la lowcost FlyBondi que operó desde Ezeiza.
La actividad privada no se sumó a la convocatoria de los gremios. Shoppings, supermercados, grandes cadenas e incluso los comercios barriales están abiertos, algunos de ellos con afluencia habitual de clientes, según pudo corroborar Infobae en una recorrida por las principales avenidas. También la mayoría de las estaciones de servicio trabajaron normalmente y cargaron combustibles a los automovilistas.
Los colegios privados estuvieron abiertos y se las ingeniaron para garantizar docentes en las aulas en reemplazo de aquellos que no pudieron viajar o decidieron sumarse al paro.
La excepción fueron los bancos cuyos trabajadores, liderados por el sindicalista K Sergio Palazzo, se sumaron a la huelga.
La excepción fueron los bancos cuyos trabajadores, liderados por el sindicalista K Sergio Palazzo, se sumaron a la huelga.
Tampoco abrieron las oficinas estatales, algo previsible, teniendo en cuenta que los gremios del sector participaron de la convocatoria a la protesta.
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