El Vaticano ha cerrado el ataúd del papa Francisco en una ceremonia privada y emotiva, luego de recibir el homenaje de más de 250.000 personas durante tres días y dos noches. La capilla ardiente del pontífice, instalada en la basílica de San Pedro bajo el histórico baldaquín de Bernini, se convirtió en lugar de encuentro para creyentes, no creyentes, peregrinos, turistas y líderes políticos que quisieron darle su último adiós al pontífice conocido como 'el papa del fin del mundo'.
Francisco falleció a los 88 años el 21 de abril, y desde entonces la afluencia de visitantes ha sido constante en el Vaticano. Mañana, los restos de Jorge Bergoglio serán depositados en la basílica de Santa María de la Mayor, tal como él deseaba, bajo una sencilla lápida con el nombre 'Franciscus'.
El recorrido final de Jorge Bergoglio inició con el traslado de su féretro desde la residencia de Santa Marta, donde vivía durante su pontificado, hasta la basílica de San Pedro, el lugar más importante para la cristiandad. La afluencia de visitantes fue tal que las autoridades vaticanas mantuvieron abierta la basílica incluso durante la madrugada, generando noches especiales llenas de emoción en las que las colas de personas se extendían hasta la plaza de San Pedro.
La despedida oficial se llevó a cabo en una ceremonia presidida por el camarlengo Kevin Joseph Farrell, donde se selló el ataúd del papa. Durante estos días, además de fieles y turistas, decenas de líderes políticos han acudido a rendir homenaje a Francisco, resaltando su labor en la lucha contra los abusos cometidos por miembros del clero y su constante llamado a la misericordia y la paz.
En el 'rogito', el documento que resume la vida de Francisco y que será introducido en su féretro, se destaca su sencillez, su elección del nombre 'Francisco' en honor a San Francisco de Asís y su compromiso con los más vulnerables. Se mencionan sus numerosas acciones en favor del diálogo interreligioso, la protección del medio ambiente, la lucha contra los abusos en la Iglesia y su constante llamado a la paz mundial.
El legado de Francisco es descrito como un testimonio admirable de humanidad, santidad y paternidad universal. Su funeral se llevará a cabo mañana en la Plaza de San Pedro, y luego sus restos descansarán en la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo así con su última voluntad.