El tío abuelo de adolescente asesinado en Córdoba dijo que los policías dispararon «a mansalva»


El tío abuelo de Joaquín Paredes (15), el adolescente asesinado en la madrugada de ayer en la localidad cordobesa de Paso Viejo, hecho por el cual están detenidos e imputados cinco policías, aseguró que los agentes dispararon «a mansalva» porque «no saben proceder», y lamentó que «por más que haya justicia», a su sobrino «no lo van a resucitar».

«No sé si llamarles policías, mancharon a toda la Policía de Córdoba, porque fue gatillo fácil, no saben proceder por la poca escuela que tiene la Policía, ahora en cuatro meses están afuera trabajando», dijo esta mañana en diálogo con TN Manuel Paredes, que al igual que su hermano es un agente jubilado de la fuerza.

En ese sentido, el hombre contó que el abuelo de Joaquín conoce al policía que presuntamente asesinó al adolescente, y que tiempo atrás le había prestado «todos los arneses para que se colgara la pistola»: «Así le pagó, no tenemos consuelo», agregó.

Paredes también comentó que tras enterarse de lo que había sucedido se dirigió al lugar del hecho, donde encontró cuatro vainas servidas calibre 9 milímetros y un cargador vacío, junto a dos cartuchos de balas de goma, que según él «se les cayeron» a los policías durante el episodio.

Por otro lado, se refirió a lo que la fiscal a cargo de la causa, Fabiana Pochettino, calificó como «desmanes y destrozos» que los amigos de Joaquín produjeron en el dispensario y en la subcomisaría a la que se dirigieron tras la muerte del chico.

«La enfermera que estaba de turno escuchó los balazos y se encerró en el baño, los chicos golpeaban y le tiraron pedradas para que abriera la puerta y levantara al chico», relató, y agregó que como «no tuvieron respuesta» fueron hasta el destacamento, donde «fueron recibidos a balazos» mientras «iban a pedir auxilio».

«Por más que haya justicia, a él no lo van a resucitar, y eso es lo que más siento», concluyó Paredes.

En tanto, un amigo de la víctima que fue testigo del hecho ya que estaba reunido con otros jóvenes a pocos metros de la plaza donde ocurrió el hecho, contó al mismo medio que luego de que la Policía les solicitara que se fueran del lugar, «cayeron de vuelta y abrieron fuego contra todos», a pesar de que se estaban por retirar del lugar.

Otro de los jóvenes subrayó que el grupo de amigos reaccionó cuando vio heridos a Joaquín y al otro adolescente de 14 años que recibió un balazo, porque «no los querían atender en el dispensario».

«No había ni una ambulancia ni nadie, a los vecinos también los trataban mal, pedíamos ayuda y nadie nos quería ayudar», añadió.