El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue diagnosticado con una infección pulmonar luego de haber estado contaminado con el nuevo coronavirus pero eso no impidió que viajara a Bagé, en la frontera con Uruguay, donde se sumó a una aglomeración de seguidores y levantó, como un trofeo, una caja de cloroquina, remedio contra la malaria al que defiende para usarlo contra la Covid-19.
«Me hicieron unos estudios porque me sentía débil y tengo una infección pulmonar», dijo Bolsonaro en las redes sociales.
Según los médicos del presidente citados por la prensa local, es probable en enfermos que superaron el coronavirus tener infección en el pulmón.
El presidente atribuyó el problema al «moho en el pulmón», como se refirió para explicar que eso ocurre por «quedarse mucho tiempo encerrado» en la pandemia, que en Brasil en agosto podría llegar a matar a 100.000 personas, ya que se ha superado los 90.000.
Como acostumbra hacer desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro reivindicó a la cloroquina e hidroxicloroquina, medicamento contra la malaria cuya capacidad de cura no es considerada efectiva por la comunidad científica.
Bolsonaro mandó en abril al Ejército a fabricar más de 1 millones de dosis de cloroquina pese a la falta de recomendación del Ministerio de Salud en la época, un caso por el cual la oposición busca abrir una comisión investigadora en el Congreso.
En Bagé, ciudad del estado de Rio Grande do Sul, cerca de Rivera, la frontera con Uruguay, Bolsonaro inauguró una escuela cívico-militar impulsada por el gobierno y mostró una caja de cloroquina mientars era vivado por decenas de seguidores al grito de «Mito, mito».
Esta vez, el mandatario usó una máscara con el escudo de la intendencia de la ciudad de Bagé, uno de los lugares del polo agrícola donde más obtuvo votos en 2018.
Michele Bolsonaro, primera dama, fue diagnosticada ayer con el nuevo coronavirus, que también afectó ya a seis ministros del gabinete nacional.
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