El nuevo «eje del mal» latinoamericano que amenaza las seguridad nacional de EE.UU.

En los últimos meses, Estados Unidos ha puesto en juego una suerte de diplomacia agresiva y reactiva ante los sucesos que se desentrañan en América Latina. Los receptores de esta política al estilo Trump, fueron nada más ni nada menos que los gobiernos de Cuba, con quien existe fricción desde hace décadas por el bloqueo económico y la política contraria de la isla; Venezuela, sumido en una profunda crisis de todo tipo; y Nicaragua, donde hay un intenso enfrentamiento entre sectores políticos y sociales. La coincidencia entre estos países relegados por EE.UU. es que los tres mantienen autoridades tildadas de dictatoriales, denunciadas por violaciones de derechos humanos, giradas hacía una extrema izquierda y con sus miras hacía Oriente -Rusia y China sobre todo-.

John Bolton (izquierda) junto a Donald Trump.

A principio del mes en curso el Consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Bolton, se ha manifestado a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua unificándolos con la frase de «troika de tiranía«, es decir, los describió como un grupo de países con autoridades que centralizan el poder en su figura y abusan de este. De esta forma, hizo alusión, así mismo, a la expresión «eje del mal» -tomada del expresidente George Bush, contra potenciales amenazas-.

Bolton anunció nuevas sanciones hacía Caracas (Venezuela) y a la Habana (Cuba), manifestando que si Managua (Nicaragua) no llama prontamente a elecciones, para de esta forma restablecer la democracia, también va a sentir el peso de sus restricciones.

En argumento con la decisión tomada por el gobierno norteamericano, el consejero de Seguridad Nacional ha declarado en un discurso realizado en Miami que «EE.UU. va a tomar acciones directas contra estos tres regímenes para defender el imperio de la ley, la libertad y la decencia humana en nuestra región».