Manzhouli, ciudad fronteriza entre China y Rusia, se ha convertido en un epicentro clave para la interdependencia económica entre ambos países. El flujo de materias primas rusas como madera y colza hacia China, así como la creciente importación de productos manufacturados chinos por Rusia, evidencian un incremento del intercambio bilateral. El dinamismo económico de Manzhouli refleja cómo la economía rusa depende cada vez más de su relación con China. Además, las tensiones comerciales y las repercusiones globales de esta relación estratégica están generando inestabilidad en otros mercados, como Canadá. Las fricciones en torno a los aranceles, la competencia en la industria automotriz y el flujo de productos reflejan la complejidad de esta alianza económica. La postura de China frente al conflicto en Ucrania ha fortalecido su relación con Rusia, generando preocupación en la Unión Europea y redefiniendo los flujos globales de materias primas.
El impacto económico de Manzhouli en la relación China-Rusia
