El Sínodo sobre la sinodalidad, celebrado en octubre del año pasado, no fue simplemente una reunión más, sino un profundo proceso de escucha y transformación en la Iglesia. Durante una entrevista con Vatican News, el ahora Papa León XIV, anteriormente conocido como el cardenal Robert Prevost, compartió su visión acerca del significado de la sinodalidad en la comunidad eclesiástica, resaltando su importancia como un llamado a la unidad, al superar divisiones y a un liderazgo episcopal cercano al pueblo.
León XIV, quien tuvo la experiencia de participar en el Sínodo desde distintas perspectivas, incluyendo su rol como obispo en Perú, destacó la riqueza de diversas vivencias que le permitieron comprender la diversidad de la Iglesia en diferentes contextos.
**Un camino de transformación y escucha**
La sinodalidad, según León XIV, no se limita a ser un evento puntual, sino que representa una experiencia profunda de escucha y discernimiento que refleja la verdadera esencia de la comunidad de fe que es la Iglesia. Esta experiencia ha llevado a la Iglesia a un proceso de conversión tanto a nivel personal como comunitario, impulsando una renovada apreciación por el diálogo, la comunión y la fraternidad.
En cuanto a los frutos que ha generado el Sínodo, León XIV resaltó el llamado a la conversión que ha impactado a todos los participantes. Según sus palabras, este proceso de renovación invita a reconocer la importancia de vivir la Iglesia en unidad, a través de la escucha, el diálogo y la promoción de una experiencia comunitaria en sintonía con la fe.
**El papel del obispo como guía y servidor**
Uno de los aspectos centrales de la conversación fue el rol del obispo como guía cercano y servidor del pueblo. León XIV enfatizó la importancia de que el obispo camine junto a la comunidad, mostrando atención a sus necesidades y disponibilidad para guiar con amor. Para ilustrar esta tarea, mencionó la metáfora del báculo pastoral, símbolo del obispo, que representa su labor de acompañar, corregir y cuidar a la grey.
En esta línea, León XIV destacó que la cercanía y el compromiso son fundamentales en la labor episcopal, donde el obispo debe liderar al frente, caminar junto al pueblo y, en ocasiones, empujar desde atrás para corregir desviaciones.
**Desafíos y perspectivas de futuro**
Otro punto crucial abordado fue el desafío de las polarizaciones en la Iglesia y en el mundo actual. A pesar de que estas divisiones no son originadas por la Iglesia, León XIV subrayó que el Sínodo representa una oportunidad para que la comunidad eclesiástica sea un ejemplo de diálogo y búsqueda del bien común. En un contexto marcado por la división, la Iglesia tiene el compromiso de crear espacios de encuentro, comprensión y paz, siguiendo el modelo de Jesucristo y promoviendo la unidad.
En resumen, el Sínodo sobre la sinodalidad se presenta no solo como una convocatoria, sino como un llamado a transformar la vida eclesial y a avanzar unidos hacia un futuro de mayor entendimiento, reconciliación y esperanza.