El Gobierno refuerza la seguridad ante la marcha opositora con un operativo especial

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A un día de la protesta convocada para este miércoles, el asesor presidencial Santiago Caputo reunió en la Casa Rosada a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y a funcionarios clave de Inteligencia, Transporte y Justicia para coordinar el operativo de seguridad. La reunión, que se llevó a cabo con fuerte hermetismo, duró una hora y media y tuvo como eje central la planificación de medidas preventivas ante posibles incidentes.

Entre los presentes estuvieron los jefes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert y Diego Kravetz; el secretario de Transporte, Franco Mogetta; y el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio. Según trascendió, el Gobierno busca reforzar la vigilancia y el control en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, en respuesta a los disturbios registrados en la manifestación de la semana pasada.

Operativo y controles reforzados

El Ejecutivo dispuso que el despliegue de seguridad no varíe significativamente con respecto al operativo anterior, aunque se ajustará la coordinación para evitar que los manifestantes se acerquen al Congreso. Para ello, se establecerá una “zona estéril” en los alrededores del Palacio Legislativo y se intentará evitar cortes de calles.

El comando unificado contará con aproximadamente mil agentes de la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria, quienes trabajarán en conjunto con la Policía de la Ciudad. Además, se prevén controles en trenes y colectivos provenientes del conurbano, como parte de las tareas de inteligencia preventiva.

Tensión y postura oficial

La ministra Bullrich ha sostenido una postura firme en defensa del accionar de las fuerzas de seguridad, rechazando las críticas por el operativo de la semana pasada. A su vez, el Gobierno mantiene su denuncia sobre un presunto intento de desestabilización, argumentando que los grupos violentos provendrían de distritos opositores del conurbano bonaerense.

A pocas horas de la marcha, la incertidumbre crece y el oficialismo se prepara para una jornada que podría marcar un nuevo punto de tensión en el escenario político nacional.