Hay quienes arrojan a sus parejas a las hienas que habitan en las redes sociales. Y si bien la hiena tiene fama de animal carroñero, también es cazador. Exponer una relación sentimental (simple enamoramiento, noviazgo consolidado, y ni hablar de un matrimonio) a los seres humanos que se asemejan a las hienas y están agazapados en Facebook, naturalmente es un peligro.
Se pueden publicar miles de cosas en las redes, pero dar a conocer las más personales, sería la misma estupidez que incursionar solitariamente en el terreno de las hienas, donde viven en manadas. Ni los leones se animan a tanto. Pero hay un riesgo mayor en los humanos, que es la envidia, sentimiento que hasta ahora no se le conoce estos mamíferos carnívoros. Visto de esta manera, es un acto suicida andar por la vida diciendo a los cuatro vientos lo bien o lo mal que te va en tu vida privada, porque no faltará el depredador que tome nota, se informe y especule con esos datos.
![](https://i0.wp.com/extracatamarca.com/wp-content/uploads/2019/01/z5-40.jpg?resize=405%2C405&ssl=1)
Por alguna sabia razón, se le llama «vida privada». Porque pertenece a cada uno, y aunque sea socialmente conocida por quienes nosotros elegimos para mantener un contacto cotidiano o periódico, no hay mayores motivos para que sea pública. Pero, igualmente ahí van algunos, exhibiendo fotos de cada momento que debiera pertenecer solamente a dos, como se supone que es, por ejemplo, la pareja (el amor). Vaya y pase una o dos veces, como para avisar «miren que alguien me dio bola», pero pareciera que todo el tiempo sienten la necesidad de recibir la aprobación de terceros, de que otros posteen en sus publicaciones frases tales como «te felicito, qué bien se los ve», o «qué lindos que son, viva el amor». En realidad, a muchos de ellos les da exactamente lo mismo si tu relación amorosa perdura por años, o se muere al otro día. Y la hipocresía, que también es parte de los seres humanos y no de los animales, se utiliza precisamente para esconder aquel sentimiento siempre negativo.
Así y todo, hay quienes desean ser carroña para las hienas, y para comprobarlo basta con abrir el Facebook y leer algunos estados que aparecen en el Inicio, mencionando sus situaciones sentimentales. Algunos dan pena, y la mayoría da risa. A toda hora con la misma cantinela; que es sólo mío/mía, que no me llama, que es el más lindo, que una gato pretende robarle el novio a otra, que te amo para siempre, que no vuelvas a aparecer más por mi vida. ¡Y a veces todo eso junto en la misma semana! Y no se trata de una cuestión de edad (como la del pavo), que a uno le permita tener cierto grado de comprensión piadosa. Son ridículos de todas las edades, adolescentes tardíos (en ocasiones, demasiado), a quienes la vida les escamoteó toda posibilidad de ejercer compromisos por sí mismos, sin recurrir a la mirada de los demás.
Debe estar conectado para enviar un comentario.