El último ataque nocturno con drones rusos en la ciudad costera de Odesa, Ucrania, dejó como saldo al menos una persona fallecida, 14 heridos y severos daños en infraestructuras ferroviarias y edificios civiles. El gobernador local confirmó graves daños en infraestructuras civiles, incluyendo edificios residenciales, una institución educativa, un gasoducto y vehículos. En tanto, el Ejército precisó al menos 10 impactos de drones en edificios residenciales, con un total de 86 vehículos aéreos no tripulados lanzados. La intensificación de la guerra lleva a delegaciones locales y mediadores internacionales a negociar un alto el fuego y un plan para la paz duradera.
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ESCALADA DE VIOLENCIA
Los ataques aéreos con drones y misiles han aumentado, generando daños y provocando una respuesta contundente del presidente Volodimir Zelensky, quien exige una reacción firme de los aliados de Occidente. Zelensky denunció que Rusia continúa con una táctica de terror deliberado contra el pueblo ucraniano y reclamó una mayor presión internacional. Además, advirtió sobre posibles ataques del enemigo a las infraestructuras energéticas del país, que ya han sufrido daños severos por agresiones anteriores.
La escalada de violencia evidencia la reacción tajante de Zelensky, quien calificó los ataques como terrorismo puro y llamó a una respuesta conjunta de Estados Unidos y Europa. Funcionarios del sector energético manifestaron su preocupación ante el riesgo de nuevos ataques contra el sistema energético de Ucrania por parte de Rusia, lo que representa una amenaza para el suministro de energía del país.
Esta situación tensa y la escalada de violencia generan incertidumbre sobre un posible alto el fuego y un plan para una paz duradera, mientras el presidente Zelensky insta a una respuesta firme de la comunidad internacional ante los ataques masivos perpetrados por Rusia.
Con información de AFP y Reuters