Tenía 20 años y padecía parálisis cerebral severa y epilepsia refractaria; su historia conmovió a toda la provincia.
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En las últimas horas, Catamarca se tiñó de tristeza al conocerse la noticia del fallecimiento de Paloma, la joven de 20 años cuya lucha diaria contra una parálisis cerebral severa y epilepsia refractaria se convirtió en un emblema de fortaleza y amor. Dueña de una sonrisa luminosa, Paloma se ganó el corazón de todos los catamarqueños.
Su madre, Gisela Dalla Via, artista visual y docente, fue incansable en la defensa de los derechos de su hija, batallando contra la adversidad médica y, especialmente, contra las trabas burocráticas que complicaron aún más el panorama familiar.
Una madre que dio pelea en todos los frentes
Gisela libró duras luchas: primero contra la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), que le negó a Paloma una silla postural fundamental para su bienestar; luego contra la Empresa de Energía de Catamarca, reclamando por los derechos de los enfermos electrodependientes; y finalmente, alzando la voz en favor de la ley del Cannabis Medicinal, para que el aceite pudiera ser usado como tratamiento efectivo para las convulsiones.
Estas peleas no solo beneficiaron a Paloma, sino que también abrieron caminos para otras familias que enfrentan problemáticas similares en silencio.
Reconocimiento y despedidas en las redes
Apenas se conoció la triste noticia, las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias y de reconocimiento hacia una familia que se convirtió en símbolo de resistencia y amor. La comunidad catamarqueña abraza hoy a Gisela y a todos los que acompañaron esta lucha de vida.
Paloma deja un legado imborrable: el de la sonrisa que venció la indiferencia y el de la lucha que logró transformar realidades.