En un giro alarmante, Carlos Robledo, un pastor de Villa Tesei, ha sido detenido tras ser acusado de abusar sexualmente de 15 feligreses, incluyendo menores de edad. La detención fue precipitada por la evidencia digital recogida en los chats de Robledo, que revelan una profunda manipulación psicológica y coerción.
Los fiscales Marisol Monti y Claudio Oviedo, que llevan el caso, han encontrado en estos chats pruebas de la manipulación ejercida por Robledo sobre sus víctimas, lo que fue determinante para su arresto. Entre los mensajes más perturbadores, Robledo insistió a una adolescente para que visitara la iglesia sin la compañía de su madre, prometiendo llevarla a casa después, en un claro intento de aislarla.
Agravando la situación, a una joven le proporcionó un folleto sobre cómo interrumpir un embarazo con medicamentos, evidenciando un abuso aún más profundo y perturbador. Este acto ha sido considerado por los investigadores como un indicio adicional de los abusos perpetrados por Robledo.
La UFI N°5 de Morón, a cargo del caso, describió a Robledo como alguien que «generaba un dominio reverencial y un temor absoluto», lo que le permitía someter a sus víctimas a su voluntad. El pastor ha sido imputado por abuso sexual con acceso carnal, agravado por ser ministro de un culto religioso.
La red de abuso parece ser extensa, con incidentes que se remontan entre los años 2020 y 2022. Se han identificado numerosas víctimas, incluyendo una madre y su hija, que asistían al templo en busca de espiritualidad y encontraban en su lugar a «este monstruo», según fuentes cercanas al caso.
El templo «Ministerio de Salvación», operaba en la cochera de la casa del pastor y fue allanado por la DDI de Morón, donde se incautaron computadoras, cámaras fotográficas y las alcancías para los diezmos. Estos elementos están siendo peritados para fortalecer el caso contra Robledo.
Los fiscales y la policía esperan que la detención del pastor aliente a más víctimas a presentarse y denunciar los abusos. Para facilitar esto, la fiscalía ha habilitado canales presenciales y electrónicos para la recepción de denuncias.
Este caso destapa una vez más la problemática del abuso sexual en contextos religiosos, donde figuras de autoridad explotan su posición para cometer actos indebidos bajo el disfraz de la fe y la espiritualidad.
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