Fordow, la planta de enriquecimiento de uranio más inaccesible del programa nuclear iraní, fue destruida ayer por el Ejército de Estados Unidos. Ubicada al suroeste de Teherán, esta planta había sido diseñada para resistir tanto ataques aéreos como inspecciones internacionales. Tras el retiro de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018, Irán retomó sus operaciones en Fordow, enriqueciendo uranio por encima del umbral permitido para fines civiles. La destrucción de Fordow plantea un nuevo escenario de tensión en la región, mientras Irán continúa desarrollando nuevas instalaciones, como la montaña Pickaxe, con mayor capacidad de almacenamiento y mejor protección. Se teme que este conflicto pueda escalar, aumentando la preocupación por posibles consecuencias graves para la población y el medio ambiente.
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DEFENSAS RUSSA
Fordow, una planta de enriquecimiento de uranio diseñada para resistir, fue destruida por el Ejército de EE.UU. tras su retiro del acuerdo nuclear en 2018.
PREOCUPACIÓN AMBIENTAL
Según la Agencia Internacional de Energía Atómica, los ataques a instalaciones nucleares aumentan la posibilidad de una liberación radiológica con consecuencias graves para las personas y el entorno.
NUEVAS INSTALACIONES
Irán continúa desarrollando nuevas instalaciones, como la montaña Pickaxe, una planta aún más profunda y mejor protegida, lo que eleva la preocupación por un posible escalada del conflicto.