Una red secreta de túneles de 3.900 metros cuadrados, oculta bajo la Colina Capitolina de Roma desde hace más de un siglo, se está preparando para convertirse en una de las atracciones turísticas más singulares de la ciudad eterna. #Roma #túneles #atracción
INCREÍBLE HALLAZGO
Ersilia D’Ambrosio, arqueóloga, guía a los visitantes por estos tenuemente iluminados pasadizos, situados aproximadamente a 300 metros bajo la superficie. Conocidos como el ‘Grottino del Campidoglio’ o ‘Gruta Capitolina’, estos túneles formaron parte del tejido urbanode Roma desde antes de los días de Julio César. Desarrollados de manera integral durante la Edad Media, estuvieron en uso continuo hasta la década de 1920, albergaron en diferentes épocas comunidades enteras, tiendas, tabernas, restaurantes y, durante la Segunda Guerra Mundial, personas que se refugiaban de las bombas aliadas.
El complejo subterráneo sirvió múltiples propósitos a lo largo de los siglos, primero como canteras de piedra, luego como cisternas de agua y más tarde albergó estructuras comerciales y almacenes. El proyecto para abrir este mundo subterráneo a los visitantes se está completando por fases, con una inversión de 2,8 millones de dólares. Antes de limpiar las cuevas y túneles, los arqueólogos utilizaron escaneo láser para mapear los espacios y registrar las marcas dejadas durante trabajos de excavación anteriores. Las exhibiciones fotográficas y de video del trabajo realizado formarán parte de una muestra permanente en todo el complejo de túneles.
EMOCIONANTE EXPERIENCIA
La apertura de los túneles está prevista para finales de 2026 o principios de 2027, cuando se convertirán en una de las atracciones turísticas históricas más nuevas de Roma. La experiencia de la gruta está diseñada para combinar arqueología y espeleología, atrayendo un tipo diferente de visitante de aquellos que se enfocan en los sitios más conocidos en la superficie. Esta aventura subterránea ofrecerá una visión única de la historia romana, proporcionando una experiencia esotérica en muchos sentidos, según describe emocionada la arqueóloga Ersilia D’Ambrosio.