Arqueólogos descubren uno de los sitios de enterramiento más antiguos del mundo en la cueva de Tinshemet, ubicada en el centro de Israel. En esta cueva se encontraron restos bien conservados de humanos, objetos ceremoniales y pigmentos, evidenciando rituales para honrar a los muertos. Esta importante revelación contribuye a comprender mejor los orígenes del entierro humano y la evolución del comportamiento durante el Paleolítico Medio.
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INNOVACIÓN REVOLUCIONARIA
Los hallazgos en Tinshemet incluyen cinco restos humanos primitivos, objetos ceremoniales y más de 500 fragmentos de ocre rojo y naranja. Estos elementos evidencian comportamientos complejos relacionados con la espiritualidad y el más allá. La cueva de Tinshemet, una de las más importantes para el estudio del comportamiento humano durante el Paleolítico, data aproximadamente de hace entre 250,000 y 30,000 años.
IMPORTANCIA HISTÓRICA
Especialistas señalan que este hallazgo confirma un patrón en la generalización de prácticas funerarias en ese período, representando un cambio en la forma en que los primeros humanos trataban a sus muertos. El descubrimiento también refuerza la idea de que Israel fue un punto clave para la interacción entre diferentes subgrupos de humanos primitivos, quienes podrían haber intercambiado conocimientos y expresado su identidad a través de la joyería y la pintura corporal primitiva.
CONSERVACIÓN ÓPTIMA
La conservación de los restos y objetos encontrados en Tinshemet ha sido excepcional debido a las condiciones climáticas locales, lo que ha permitido que los arqueólogos observen detalles sorprendentes, como esqueletos en posición fetal y artefactos preservados en buenas condiciones. Este hallazgo representa un hito en la comprensión de la evolución humana y su impacto en la identidad colectiva de la región.