El gobierno minoritario de Japón enfrenta un nuevo desafío en las urnas el próximo domingo, con una votación para la Cámara Alta que podría debilitar aún más su posición y afectar la confianza de los inversores en la cuarta economía más grande del mundo, según Reuters. La coalición gobernante compuesta por el Partido Liberal Democrático (PLD), liderado por el primer ministro Shigeru Ishiba, y su socio Komeito, debe obtener al menos 50 de los 125 escaños en juego para mantener la mayoría.
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INCIERTO FUTURO POLÍTICO
Las proyecciones indican que el PLD y Komeito perderán su control, reflejando el revés que sufrieron en las anteriores elecciones de la Cámara Baja. Aunque la votación no implica directamente la caída del gabinete, el resultado podría dejar a Ishiba dependiente de acuerdos con partidos de la oposición, que abogan por políticas de estímulo fiscal. Según analistas, un resultado desfavorable podría incluso forzar la renuncia de Ishiba, añadiendo incertidumbre a las conversaciones con Estados Unidos sobre tarifas comerciales, relevantes antes del plazo del 1 de agosto para negociar la suspensión de aranceles estadounidenses a productos japoneses.
RIESGOS ECONÓMICOS Y POLÍTICOS
Entre las preocupaciones de los inversores destaca la posible ampliación de la coalición gobernante o acuerdos informales con partidos de la oposición por parte de Ishiba, ante una potencial debilidad parlamentaria. La incertidumbre sobre eventuales concesiones fiscales para apaciguar el descontento social podría intensificar el nerviosismo sobre la capacidad de Japón para gestionar su deuda, la mayor del mundo, y obstaculizar el objetivo del Banco de Japón de normalizar la política monetaria.
AUGE DE SANSEITO Y ALZA DEL ARROZ
El PLD enfrenta la amenaza del avance de Sanseito, un partido de extrema derecha que podría conseguir entre 10 y 15 escaños, emergiendo como fuerza inesperada dentro del panorama político japonés. Fundada hace cinco años con mensajes en YouTube y teorías conspirativas, la agrupación ha capitalizado el descontento ciudadano, siendo un reto adicional para el equilibrio interno del partido gobernante. Además, el aumento del precio del arroz, que se ha duplicado en el último año, ha sido un factor central en la insatisfacción de los votantes y ha impulsado a los partidos opositores a prometer recortes fiscales y aumentos del gasto social. Esta situación pone al PLD en un difícil acto de equilibrio, ya que alejarse del centroderecha para atraer al electorado de Sanseito podría erosionar el apoyo centrista, debilitando aún más a la coalición.
CONCLUSIONES
La votación del próximo domingo representa una encrucijada para la política y la economía japonesa, en medio de la presión internacional por las negociaciones comerciales y la delicada situación doméstica.
(Con información de Reuters)