Clemente Montag es una figura icónica en el mundo de la ilustración argentina, conocido por su trabajo con personajes míticos como Patoruzú y Súper Hijitus. Descubierto por el legendario Dante Quinterno a los 13 años, Montag se convirtió en un referente del cómic y la animación en Argentina. Sin embargo, su carrera ha enfrentado desafíos significativos, llevándolo desde el éxito hasta momentos de dificultad económica.
Un Comienzo Prometedor
En una fría mañana, con solo 13 años, Montag se presentó en la editorial de Dante Quinterno con una carpeta llena de dibujos. Su determinación y talento llamaron la atención de Quinterno, quien le dio su primera oportunidad profesional. «Pibe, lo vio Quinterno y sí, le gustó mucho», le dijo Mariano Juliá, director de Locuras de Isidoro, marcando el inicio de una carrera que lo llevaría a trabajar en la revista semanal de Patoruzú y en las Andanzas de Patoruzú.
Trabajando con los Grandes
Montag pasó siete años trabajando en la editorial de Quinterno, aprendiendo y perfeccionando su arte bajo la tutela de grandes maestros como Eduardo Ferro y Mariano Juliá. Además de ilustrar cuentos y colorear las tapas de las revistas, Montag trabajó en el prestigioso Libro de Oro de Patoruzú, un especial anual muy esperado por los lectores.
La Etapa con Manuel García Ferré
Tras su etapa con Quinterno, Montag se unió a Editorial Atlántida, donde conoció a Manuel García Ferré. Allí, comenzó a publicar sus historietas en la revista Anteojito y trabajó en guiones para Las nuevas aventuras de Hijitus. Su relación con García Ferré duró dos décadas, durante las cuales contribuyó significativamente al mundo de la animación y la ilustración infantil en Argentina.
La Caída de la Industria de la Historieta
La década de 1990 y principios de los 2000 fueron difíciles para la industria de la historieta en Argentina. Muchas revistas y editoriales cerraron, dejando a Montag y a muchos otros artistas sin trabajo. Montag intentó seguir adelante, pero la falta de contratos y la caída de las editoriales locales lo llevaron a una situación económica complicada.
Los Días Difíciles en Irlanda
En busca de nuevas oportunidades, Montag viajó a Irlanda, pero la quiebra de la empresa que le había ofrecido un trabajo dejó sus planes en suspenso. Trabajó en pequeñas tareas gráficas para subsistir, pero no logró encontrar estabilidad. Finalmente, decidió regresar a Argentina, donde se enfrentó a una realidad difícil: sin trabajo, sin hogar propio y con limitados recursos económicos.
Un Renacimiento Creativo
A pesar de los desafíos, Montag nunca dejó de dibujar. Gracias a la ayuda de una psiquiatra que le recordó su pasión por el dibujo, Montag continuó creando arte. Recientemente, ha recibido el apoyo del movimiento cultural Banda Dibujada, que promueve la historieta entre niños y jóvenes. Además, será uno de los invitados especiales a la Comic World 2024 en Chaco.
Reflexiones y Esperanza
Montag reflexiona sobre su vida con gratitud y espiritualidad. Reconoce las dificultades que ha enfrentado, pero también celebra los logros y la gracia que ha sentido a lo largo de su carrera. «El único futuro en mi vida es seguir dibujando», asegura, demostrando que, a pesar de los obstáculos, su pasión por el arte sigue siendo su mayor fortaleza.
La historia de Clemente Montag es un testimonio de resiliencia y dedicación, inspirando a generaciones de artistas y recordándonos la importancia de seguir nuestros sueños, sin importar las circunstancias.
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