El líder espiritual Dalai Lama celebró su 90º cumpleaños con una ceremonia multitudinaria en su residencia del norte de India. Miles de fieles, monjes y dignatarios se congregaron en el templo Tsuglagkhang en Dharamshala para participar en plegarias y danzas tradicionales. En un momento marcado por la tensión geopolítica con China, el líder budista reiteró que su sucesión será decidida por su oficina con sede en India, no por Beijing.
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El Dalai Lama, vestido con túnicas tradicionales, expresó su deseo de vivir otros 30 o 40 años, desafiando la estrategia china de esperar su fallecimiento para designar a un sucesor afín a sus intereses. Durante la semana, anunció que el linaje del Dalai Lama, de más de 600 años, continuará, provocando una reacción de rechazo por parte del régimen chino. El conflicto sobre la sucesión quedó más expuesto tras un cónclave de líderes budistas tibetanos que acordaron una estrategia común para oponerse a la intervención china en los asuntos religiosos del Tíbet.
Desde India, el primer ministro Narendra Modi expresó su apoyo al líder tibetano, describiéndolo como un “símbolo de amor, compasión y disciplina moral”. El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, afirmó el compromiso de promover el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales de los tibetanos, mientras ex presidentes estadounidenses también transmitieron mensajes de saludo al Dalai Lama, destacando su espíritu de bondad, compasión y amor.