La capital de Dinamarca, Copenhague, ha desbancado a Viena como la ciudad más habitable del mundo, según el Índice Global de Habitabilidad 2025 elaborado por la Unidad de Inteligencia Económica (EIU). Copenhague obtuvo una puntuación casi perfecta en el índice, destacándose en estabilidad, atención médica, cultura, medio ambiente, educación e infraestructura. Este logro ha posicionado a Copenhague como ‘la ciudad más cómoda del mundo para vivir’. El informe refleja un predominio de ciudades europeas occidentales en los primeros puestos, mostrando un retroceso generalizado en los niveles de estabilidad a escala mundial.
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LIDERAZGO DE COPENHAGUE
El informe destaca que Copenhague obtuvo una puntuación general de 98 sobre 100, con calificaciones perfectas en estabilidad, educación e infraestructura. Esto representa un cambio significativo en la clasificación, ya que Viena, que conserva puntuaciones máximas en educación, infraestructura y atención sanitaria, cede su primer puesto y comparte la segunda posición con Zúrich. El listado también mostró un avance significativo de ciudades asiáticas y de Oriente Medio, así como descensos pronunciados en ciudades del Reino Unido. Se observaron mejoras en las puntuaciones de salud, educación e infraestructura en algunas ciudades, compensando en parte el deterioro en otros indicadores. Sin embargo, las puntuaciones de estabilidad han disminuido a nivel global, afectando particularmente a ciudades de Europa Occidental, Oriente Medio, el Norte de África y Asia, donde aumentaron las amenazas de conflicto militar.
DESCENSOS Y ASCENSOS
El estudio también señaló descensos en las puntuaciones de estabilidad, especialmente en ciudades canadienses. Por otro lado, Al Khobar en Arabia Saudita, registró el mayor ascenso en la clasificación, gracias a mejoras significativas en atención sanitaria y educación. En el extremo opuesto del índice, Damasco en Siria y Trípoli en Libia, continúan siendo algunas de las ciudades peor evaluadas, afectadas por legados de conflictos prolongados que siguen impactando negativamente en la calidad de vida.
El informe concluyó que, a pesar de los desafíos en la estabilidad, la habitabilidad global se mantuvo estable durante el último año, con un promedio general de 76,1 sobre 100, y destacó que algunas mejoras en sanidad, educación e infraestructura compensaron parcialmente estos desafíos.