Un convoy de 135 camiones con aproximadamente 1.500 toneladas de alimentos y ayuda humanitaria ingresó a la Franja de Gaza, enviado por la Media Luna Roja Egipcia para enfrentar la grave crisis de desnutrición provocada por el bloqueo israelí. Esta ayuda incluye cestas de alimentos, harina y artículos de higiene personal, y forma parte del operativo ‘Provisión del Orgullo’. A pesar de ello, el volumen actual de ayuda sigue lejos de las enormes necesidades de la población gazatí, que cuenta con más de dos millones de habitantes.
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La entrada de ayuda se mantiene muy por debajo de los niveles previos a la guerra, cuando ingresaban al enclave unos 500 camiones diarios, cifra que las organizaciones internacionales ya consideraban insuficiente. A pesar del desbloqueo parcial de los pasos fronterizos y el inicio oficial de las pausas tácticas, Israel informó que el domingo se distribuyeron 120 camiones de ayuda en Gaza a través de la ONU y organizaciones humanitarias. Sin embargo, las restricciones israelíes, la burocracia militar y la inseguridad en el terreno dificultan la distribución regular y suficiente de socorro. La crisis humanitaria en Gaza deriva del asedio impuesto tras el ataque de Hamas contra Israel en octubre de 2023, provocando una cantidad significativa de muertes en ambos territorios.
Autoridades sanitarias locales calculan una decena de fallecidos en el cruce de Zikim, donde se reportaron disparos contra civiles que esperaban ayuda mientras el ejército israelí anunció garantizar la seguridad de varias rutas humanitarias entre las 10:00 y 20:00 hora local.
Las muertes relacionadas con la desnutrición han aumentado significativamente en las últimas semanas tras el cierre casi total de los accesos a Gaza impuesto por Israel en marzo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en julio han fallecido 63 personas por causas asociadas a la desnutrición, entre ellas 24 niños menores de cinco años. Representantes de organizaciones como Oxfam y Unicef aseguran que el volumen actual de ayuda queda lejos de las enormes necesidades de la población gazatí, que cuenta con más de dos millones de habitantes.