La Conferencia de Obispos de Francia (CEF, por sus siglas en francés) emitió un comunicado lamentando «las escenas de escarnio y burla al cristianismo» presentadas durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París. A pesar de resaltar «momentos de belleza, alegría y emoción» durante el evento, los obispos expresaron su preocupación por ciertas actuaciones que consideraron ofensivas y ajenas al espíritu olímpico de concordia y fraternidad universal.
Escenas Controversiales
Una escena en particular, que parodiaba «La Última Cena» de Leonardo Da Vinci, generó la reacción de la CEF. La actuación, que incluía personas disfrazadas de manera extravagante, fue vista como una burla gratuita e innecesaria hacia la fe cristiana. Los obispos criticaron que en una ceremonia que se pretendía diversa e inclusiva, se dedicara un segmento a ridiculizar una religión, especialmente la fundante de la nación francesa.
Historia y Raíces Francesas
El comunicado recordó la importancia histórica del cristianismo en Francia, desde la conversión del jefe franco Clovis al catolicismo, lo que unificó diversos pueblos y dio origen al Reino Franco. También mencionaron el rol del fraile dominico Henri Louis Rémy Didon, creador del lema de los Juegos Olímpicos modernos «Citius, Altius, Fortius» (Más rápido, más alto, más fuerte), subrayando la profunda relación entre el cristianismo y los valores olímpicos.
Reacciones y Críticas
La parodia de «La Última Cena» no solo fue criticada por la CEF, sino también por varios observadores y comentaristas. Ferghane Azihari, analista político y ensayista de familia musulmana, destacó la provocación innecesaria de la escena y la comparó con el respeto que se muestra hacia otras religiones. Azihari argumentó que el arte debería convocar en torno a una estética universal en lugar de buscar asquear o provocar.
En las redes sociales, la escena fue duramente criticada, con muchos cuestionando qué habría pasado si la parodia hubiese tenido por blanco a otra religión, como la judía o la musulmana. La obra de Da Vinci, pintada entre 1495 y 1498, es un ícono de la pintura renacentista y representa un momento crucial en la historia del cristianismo: la última cena de Jesús con sus discípulos antes de su traición y crucifixión.
Conclusión
La apertura de los Juegos Olímpicos de París, aunque celebrada por sus momentos de belleza y alegría, ha suscitado controversia por las escenas consideradas ofensivas hacia el cristianismo. La Conferencia de Obispos de Francia ha instado a los organizadores a respetar todas las creencias y a evitar la burla hacia cualquier religión en futuros eventos.
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