Tras la condena definitiva a Cristina Kirchner, el Gobierno celebra el fallo y hace sus primeras mediciones. El enfoque comunicacional se centró en la cuestión de la justicia, destacando la condena sin buscar un show. Los festejos en redes posicionaron al evento como el tercero en impacto desde la asunción de Milei, marcando un hito político. Se advierte una reacción lógica del peronismo en cerrar filas para apoyar a Cristina, pero se espera que esta unidad sea precaria y con poca capacidad de generar síntesis clara para el electorado. Las primeras muestras de desunión ya se dieron, indicando que la unidad no viene acompañada por una ‘tábula rasa’. El peronismo podría reorganizarse con dificultad y el Gobierno espera un debilitamiento, aunque prefiere evitar provocaciones y tensiones innecesarias ante un panorama todavía incierto.
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JUSTICIA Y UNIDAD
Las gestualizaciones desde el Gobierno y el peronismo ante la condena de Cristina Kirchner revelan un escenario político en ebullición. Mientras el Gobierno celebra el fallo, se vislumbra una posible desunión en el peronismo. La condena se posiciona como un hito político y se espera que la unidad peronista se debilite en un futuro cercano. El escenario político post-condena de Cristina Kirchner se caracteriza por incertidumbre y especulaciones sobre la reorganización del peronismo ante este revés judicial. El Gobierno, por su parte, prefiere evitar tensiones innecesarias y enfrentamientos directos, apostando por una lectura prudente del panorama que se avecina. La condena, lejos de ser un factor unificador para el peronismo, parece generar críticas y divisiones internas que podrían alterar el escenario político de cara a los próximos comicios.