El arranque fue dubitativo y la clasificación a la etapa final se edificó sobre el sufrimiento. La calma después del huracán trajo resultados y los números positivos hicieron aparecer el buen juego. El resumen de lo hecho por la selección argentina Sub 20 en el Sudamericano es un reflejo de la evolución que dejó al equipo a un paso del Mundial de la categoría.
Los de Fernando Batista enfrentaron al líder Uruguay por la 4ª fecha del hexagonal final en el Estadio El Teniente de la ciudad chilena de Rancagua.
El inicio del partido se dio similar al del encuentro que protagonizaron en la fase de grupos: mucha intensidad y presión de ambos lados, escasez de espacios y pocas situaciones de gol. Sin embargo, Argentina rompió la paridad con un gran gol: a los 24′, Julián Álvarez cedió hacia Aníbal Moreno en la puerta del área, y el hombre de Newell’s sacó un remate furioso que descansó en el ángulo.
El gol le imprimió aplomo a la Selección, que comenzó a mover el balón como en el encuentro frente a Venezuela. Y le fue poniendo freno al ímpetu de Uruguay, mientras la temperatura se elevó, al punto que los futbolistas se marcharon al vestuario en medio de un principio de gresca.
Argentina no dejó reaccionar al elenco charrúa. A los 20 segundos de la segunda parte ya estaba 2-0 gracias al gol de Gonzalo Maroni, quien tomó el rebote en el palo de un remate suyo. Antes, Elías Pereyra había enviado un centro preciso para el aguante de espaldas del gigante Gaich, quien cedió para el enlace que pertenece a Boca y juega en Talleres. En tiempo de descuento, precisamente, descontó Uruguay, pero ya no había tiempo para más.
Los chicos argentinos se aseguraron su presencia en el Mundial de Polonia que se desarrollará entre mayo y junio de este año, pero también podrían cerrar su clasificación a los Juegos Panamericanos de Perú si Venezuela no se impone sobre Colombia en el último turno del día.
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