China enfrenta presión internacional por exportaciones baratas y sobrecapacidad industrial

China ha intensificado su retórica contra las guerras de precios entre productores, suscitando expectativas sobre posibles recortes en la capacidad industrial como parte de una campaña para combatir la deflación. Líderes del Partido Comunista prometieron incrementar la regulación contra la reducción agresiva de precios, con advertencias difundidas a través de medios estatales de que esta competencia daña la economía.

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RETO A LA ECONOMÍA GLOBAL

El Politburó del Partido Comunista se reunirá presumiblemente a finales de julio, con la posibilidad de lanzar nuevas directrices sectoriales, aunque estos encuentros no suelen presentar una hoja de ruta detallada. Se espera que los primeros recortes apunten a industrias emergentes promovidas en la última década como nuevos motores de crecimiento, pero que ahora han sido señaladas por entablar guerras de precios: automóviles, baterías y paneles solares. La expansión acelerada de estos sectores absorbió recursos tras la crisis inmobiliaria, generando sobrecapacidad generalizada en la industria.

DESACELERACIÓN Y DIFICULTADES

Según Societe Generale, la mayoría de los sectores industriales en el país operan por debajo del nivel del 80% de utilización de capacidad considerado saludable, atribuyendo el fenómeno a la debilidad de la demanda interna y un modelo de crecimiento basado en la inversión que prioriza a los productores por encima de los consumidores. La ejecución de recortes será desafiante, ya que depende de limitar subsidios, créditos y otros incentivos locales a la producción, lo que se enfrenta al interés de las autoridades regionales de atraer inversiones y sostener el empleo en sus jurisdicciones.

DILEMA ECONÓMICO

En junio, los precios al productor se redujeron por 33º mes consecutivo. Economistas advierten que el país enfrenta una disyuntiva entre acelerar recortes con el costo de una mayor pérdida de empleo, o mantener el exceso de capacidad a costa de una deflación prolongada. Macquarie estima que las reformas de la década pasada eliminaron decenas de millones de empleos, compensados entonces por inversiones en renovación urbana valoradas en 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares), según Morgan Stanley. Si bien surgieron nuevos debates sobre inversión urbana, expertos consideran que este canal no podrá absorber las pérdidas laborales derivadas de nuevas reformas, destacando que las autoridades no parecen recurrir nuevamente al sector inmobiliario como válvula de escape.

Actualmente la manufactura emplea a menos trabajadores, y los sectores alternativos muestran una demanda débil que dificulta absorber nuevos desempleados. Esta situación crea un desafío para el país en medio de la presión internacional por la sobrecapacidad que afecta los mercados de otras economías.

(Con información de Reuters)