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China admite que los campos de detención para musulmanes son de “formación profesional”

Después de meses negando su existenciaChina defendió este martes que los campos de reeducación en los que las ONG de derechos humanos denuncian que hay cerca de un millón de uigures y otras minorías musulmanas detenidos arbitrariamente en Xinjiang, en el noroeste, son realmente centros de “formación profesional” que les ofrecen un oficio para salvarles del terrorismo y el extremismo religioso.

En una extensa entrevista publicada hoy por la agencia estatal Xinhua, el jefe del Gobierno regional de Xinjiang, Shohrat Zakir, habló de estos polémicos centros abiertos bajo las directrices del presidente chino, Xi Jinping, para luchar contra las “tres fuerzas del mal: el terrorismo, el extremismo y el separatismo”.

Por primera vez, las autoridades chinas mostraron su particular visión de estos campos de reeducación en medio de las críticas de lacomunidad internacional y tras formalizar la semana pasada su uso por ley a fin de “educar y transformar a la gente influenciada por el extremismo”.

“Xinjiang ha lanzado un programa de educación y formación profesional de acuerdo con la ley. Su propósito es deshacerse del ambiente y campo de cultivo que engendra el terrorismo y el extremismo religioso y evitar que ocurran actividades terroristas violentas”, justificó Shohrat Zakir en la entrevista.

El jefe del gobierno regional añadió que los residentes de Xinjiang -de mayoría musulmana- “tienen dificultades para encontrar empleo, lo que les hace “vulnerables a la instigación y coerción del terrorismo y extremismo”. Por eso, las autoridades les brindan ahora “formación profesional gratuita”.

Este programa es cada vez más criticado en todo el mundo, especialmente por los Estados Unidos y el Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial.

Mientras que organizaciones como Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW) alertan de abusos, torturas y muertes bajo custodia en estos centros, el jefe del Gobierno de Xinjiang no hizo referencia a estas denuncias y aseguró que en los centros se aprende mandarín, nociones sobre derecho y un oficio, y “se les paga ingresos básicos y una bonificación”.

También afirmó que los centros cuentan con todo tipo de comodidades, como instalaciones deportivas, salas de proyección de películas o actividades de baile, algo que contrasta enormemente con los testimonios de exdetenidos, que advierten de suicidios de algunos presos.