El presidente Javier Milei organizó una cena en la Residencia de Olivos para los 87 diputados que votaron a favor del veto presidencial contra la reforma jubilatoria. La cena, realizada en el quincho de la Quinta de Olivos, tuvo un costo de $20.000 por persona, que los asistentes pagaron de su propio bolsillo, según informó el Gobierno. La medida fue vista como un gesto de agradecimiento del presidente hacia los legisladores que apoyaron su decisión en el Congreso Nacional.
La invitación a este encuentro fue enviada por la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Karina Milei, a los legisladores del partido oficialista La Libertad Avanza, así como a miembros del PRO, del MID, de la UCR, y de otros partidos provinciales. En el menú se incluyó un asado tradicional con ensaladas, una copa de vino, gaseosas y agua. Entre los anfitriones se encontraban Javier y Karina Milei, junto con funcionarios como el asesor Santiago Caputo, el jefe de Gabinete Guillermo Francos, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
La cena tuvo lugar luego de que el Gobierno lograra frenar el aumento de los haberes de jubilados y pensionados con la aprobación del veto presidencial en el Parlamento. Este veto fue justificado por el Ejecutivo como una medida necesaria para proteger el superávit fiscal y evitar un déficit económico. El presidente Milei agradeció a los legisladores en su cuenta de Twitter, calificándolos como «héroes» por detener lo que él llamó «degenerados fiscales».
La lista de invitados incluyó a diputados de distintos partidos y provincias. Destacó la presencia de radicales que cambiaron su voto para apoyar el veto, como Mariano Campero, único diputado de los cuatro que votaron a favor del veto que asistió al evento. Los demás, Martín Arjol, Luis Picat, y Pablo Cervi, recibieron sanciones de la Mesa Directiva del partido radical, lo que generó divisiones dentro de la UCR. La decisión de sancionar a estos legisladores provocó críticas de figuras importantes del radicalismo, como el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo y el diputado Rodrigo de Loredo, quienes cuestionaron la medida por considerarla una purga sectaria y contraria al espíritu plural del partido.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, fue quien aclaró a través de Twitter que los asistentes pagarían la cena «a la romana», señalando que el costo sería cubierto con tarjeta de débito y que no se aceptaría efectivo. La cena, que comenzó puntualmente a las 20:30, tuvo lugar mientras sectores de la oposición se movilizaban en contra del veto a las afueras del Congreso.
Este encuentro en Olivos representa un hito en la dinámica política actual, evidenciando las divisiones internas dentro de los bloques partidarios y el apoyo estratégico que el Gobierno de Milei ha sabido conseguir para sostener sus políticas económicas en el Parlamento.
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