Un caso de violencia de género conmocionó a Brasil. Igor Eduardo Cabral, ex jugador de básquet, fue detenido tras golpear 61 veces a su pareja, Juliana García, en un brutal ataque registrado por cámaras de seguridad como intento de asesinato.
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La víctima, de 35 años, enfrentará una recuperación prolongada y deberá someterse a una cirugía de reconstrucción facial. Según informó el diario O Globo, la secuencia del ataque y la respuesta de los vecinos y la policía pusieron en primer plano la gravedad de la violencia de género en la sociedad y la necesidad de una respuesta institucional.
En el ascensor de un condominio de Natal, en el estado de Rio Grande do Norte, Cabral agredió a García con una violencia brutal. Las imágenes de la cámara de seguridad mostraron cómo el ex deportista golpeó a su pareja en reiteradas ocasiones, dejándola con el rostro desfigurado y cubierto de sangre.
Después de este episodio, la pareja se reencontró en el piso del departamento que compartían. Según relató la propia García en una entrevista con TV Record, Cabral le advirtió que iba a matarla antes de iniciar la golpiza. La intervención de los vecinos resultó decisiva: el portero del condominio, al observar las imágenes de la cámara de seguridad, alertó a la Policía Militar. Cuando el ascensor llegó a la planta baja, varios residentes retuvieron a Cabral hasta la llegada de los agentes, quienes procedieron a su detención en el acto.
Las consecuencias físicas del ataque son severas para la salud de la víctima. De acuerdo con la información publicada por O Globo, la mujer sufrió fracturas en la nariz, mandíbula, globo ocular, pómulo y maxilar superior. Tras recibir el alta hospitalaria, se encuentra estable y continúa su recuperación en su casa, aunque enfrentará un proceso largo y doloroso.
García relató que la violencia en la relación no era un hecho aislado. La mujer explicó que Cabral ejercía también violencia psicológica y que los episodios de agresión física habían sido recurrentes. La tía de la víctima, Jaqueline, quien la acompaña en su recuperación, manifestó su indignación y dolor por lo sucedido. Por su parte, la familia de Igor Cabral se deslinda de los hechos y rechaza cualquier responsabilidad. En su declaración, Cabral alegó haber sufrido un episodio de claustrofobia durante el ataque y atribuyó la violencia a un desacuerdo con García.
El caso de Juliana García se produce en un momento clave para la legislación brasileña en materia de violencia de género. En octubre de 2024, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sancionó la Ley de Femicidio (14.994/2024), que tipifica el feminicidio como un delito independiente y eleva la pena de prisión de 20 a 40 años.
La difusión del video y la gravedad del ataque han generado una fuerte reacción en la sociedad brasileña. Tras la agresión, el ex jugador de básquet permanece bajo prisión preventiva, desactivó sus redes sociales y enfrenta una intensa repulsa en línea y en los medios de comunicación. Cabral jugó en clubes de Río de Janeiro y Rio Grande do Norte, pero nunca fue convocado por la selección brasileña principal en una competición oficial. La familia de la víctima y sus allegados solicitaron justicia y pidieron que el caso sirva para visibilizar la problemática de la violencia contra las mujeres en Brasil.
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