Butterbean, leyenda del boxeo, confiesa su adicción al sexo y lucha personal

La historia de Eric Esch, también conocido como Butterbean, es un relato de sufrimiento, desprecio, ambición, fama y depresión. Este exboxeador estadounidense, que llegó a pelear con 181 kilos, es un ejemplo de los extremos que un hombre puede vivir en su vida. A todo esto, se suma un condimento más: su adicción al sexo.

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DESDE LA INFANCIA

Butterbean reveló que su adicción sexual tuvo raíces profundas en su infancia, iniciando en la escuela donde sufrió acoso por su sobrepeso y fue ignorado por sus compañeras. Esta experiencia marcó el inicio de una lucha interna que se prolongó durante años, incluso después de casarse. A pesar de las dificultades, logró superar la adicción y aseguró estar bien en la actualidad.

UNA LUCHA PERSONAL

Detrás de la conocida imagen del “Poroto de manteca” se escondía una lucha personal que permaneció durante mucho tiempo fuera del foco público. Su notoriedad trascendió el boxeo, incursionando en la WWE, el kickboxing, las artes marciales mixtas y participando en películas y videojuegos. Su retiro en 2013 marcó su lucha contra el aumento de peso y la depresión, de la cual logró salir gracias a un programa de fitness.

INCIERTO REGRESO AL BOXEO

A sus 58 años, Butterbean considera un regreso al boxeo, llegando a desafiar a Mike Tyson. A pesar de su notable carrera, puede afrontar nuevos desafíos tanto en el ring como en su vida personal.