En La Bombonera, casi sin generar peligro en todo el partido, Boca Juniors igualó con Newell’s Old Boys 0-0 y está afuera de la zona de clasificación a la Copa.
Boca Juniors rememoró ante Newell’s Old Boys de Rosario aquel mal inicio que lo dejó rápidamente afuera de la Liga Profesional. Casi sin generar peligro a lo largo de los 90 minutos, apenas logró empatar 0-0 con el equipo rosarino en La Bombonera y momentáneamente está quedando fuera de la Copa Libertadores 2022, a la que, por la tabla, anual, por el momento accede Estudiantes de La Plata.
Con tres cambios con respecto al equipo que iba a salir a la cancha el pasado domingo, cuando el partido se suspendió por las malas condiciones climáticas y del campo de juego, el elenco xeneize tuvo escasa claridad en el medio campo y poca profundidad de tres cuartos de cancha hacia adelante. Recién en cierre estuvo cerca de desnivelar con un cabezazo de Marcos Rojo que dio en el palo, una acción del juvenil Vázquez que salvó el arquero Macagno y un disparo de Ramírez que se fue por arriba.
También pudo haber perdido el encuentro el equipo que orienta tácticamente Sebastián Battaglia, pero Newell’s tampoco pasa por un buen momento y desperdició varios contragolpes, en parte por la buena labor del arquero Agustín Rossi y en parte por la falta de puntería de los delanteros del equipo rosarino.
El empate dejó a Boca juniors con 59 puntos en la tabla anual, uno menos que Estudiantes de La Plata que el fin de semana disputará una nueva edición del clásico frente a Gimnasia y Esgrima, mientras que el Xeneize visitará al colista Arsenal.
Boca sigue sin encontrar la fórmula para llegar al arco rival, le cuesta abrir los partidos. Esta vez le faltó creación en el centro del terreno, hasta que ingresó el colombiano Edwin Cardona sobre los 20 minutos de la parte complementaria. Y, a pesar de contar desde hace un tiempo con un centrodelantero como el juvenil Luis Vázquez, le sigue faltando peso en al área.
Si bien no sufre demasiado en el fondo, con una línea cuatro bastante sólida y un cinco que en la noche del martes brilló, como el colombiano Jorman Campuzano, le faltan recetas para llegar al gol. Hoy casi lo consigue sobre el final, atacando a los ponchazos y llenando el área de centros. Muy poco para un equipo grande como Boca, con pretensiones de ganar todo.
Durante la primera mitad, Boca apenas generó una acción clara cuando Eduardo Salvio, otro que sigue sin recuperar su mejor nivel, cabeceó un centro de Frank Fabra sobre los 20 y forzó una buena salvada del arquero del equipo rosarino, Ramiro Macagno, quien despejó al córner.
Con Agustín Almendra muy impreciso -además debió ser expulsado por una fuerte falta en el segundo tiempo- y una intrascendente participación de Juan Ramírez, Boca quedó muy fragmentado. Sólo las escaladas de Fabra generaron riesgo, demasiado poco para un equipo que careció de conducción.
Newell’s hizo poco también en esa parte inicial. Presionó arriba en el inicio pero poco a poco se fue replegando y apostó a alguna contra salvadora. También tuvo una oportunidad clara sobre el final del segmento cuando Garro quedó a mano a mano con Agustín Rossi, pero el duelo lo ganó el arquero.
Ese repunte del elenco rojinegro en el final, se extendió al inicio de la parte complementaria en la que dispuso de un par de chances de ponerse en ventaja neutralizadas una vez más por Rossi, de buena labor. Después, el elenco de Taffarel volvió a pararse más atrás y a contragolpear. Y esta vez tuvo más espacios para generar réplicas peligrosas, pero no las supo capitalizar.
Boca encontró algo de claridad cuando entró Edwin Cardona, pero le siguió faltando profundidad pese al ingreso de Sebastián Villa, que fue tan improductivo como el Changuito Zeballos -parece estar aún verde para jugar en Primera como titular- y de Cristian Pavón, que en los pocos minutos que actuó aportó vértigo, pero no estuvo preciso con la pelota en los pies.
Le anularon bien un gol a Vázquez, que estaba adelantado por centímetros pero adelantado al fin; Marcos Rojo, a minutos del cierre, estrelló la pelota en un poste con un cabezazo; Vázquez tuvo otra más en el final, pero perdió ante el achique de Macagno, y Ramírez se lo perdió en el descuento al elevar su remate. Chances hubo; funcionamiento, no.
Pudo ganarlo en el final Boca, pero ello no hubiera cambiado mucho la imagen de un equipo que ha mostrado altibajos a lo largo del torneo. La semana venidera estará jugándose el año en la final de la Copa Argentina. Y posiblemente también el año siguiente, ya que una derrota en ese encuentro lo podría dejar fuera de la Libertadores 2022, el gran sueño del hincha xeneize que difícilmente se conforme con participar en la Copa Sudamericana.
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