El protagonista es un guerrero que lleva por nombre «El Penitente». Lleva un capirote a modo de casco y, sobre la frente, una corona de espinas. Se trata de «Blasphemous», un juego de acción diseñado por un estudio sevillano que acaba de salir a la venta para PlayStation 4, Xbox One, PC y Nintendo Switch y que ha generado una enorme expectación. Prueba de ello es que los desarrolladores han conseguido recaudar más de 300.000 dólares con una campaña de micromecenazgo en la que han participado unos diez mil donantes. Ayer fue el lanzamiento mundial y ya se había convertido en el segundo videojuego más vendido en las tiendas «online» de todo el mundo.
El productor del mismo, Mauricio García, explica a ABC que «nos propusimos hacer un juego de corte retro, de plataformas tipo ‘Castlevania’, pero con un toque de autor». Por ello, «para que fuera más rompedor y no el típico cazador de monstruos, decidimos crear un universo inspirado en el folclore local». Así, se fue construyendo paso a paso una fantasía «nada que ver con la religión católica salvo la estética barroca y las iconografías tradicionales», apunta el productor.
Desde The Game Kitchen, el estudio que ha desarrollado «Blasphemous», no pretenden ofender a nadie ni provocar: «No trata de tener un argumento sobre religiones, todos los elementos son fantásticos. Llevamos al videojuego la idiosincrasia iconográfica de Sevilla al igual que hacen los japoneses con sus tradiciones, dioses y estética en las consolas, el manga y las películas, que tanto nos impactan a los que nos resulta ajena».
De hecho, Mauricio García confiesa que a los «capillitas» aficionados a los videojuegos que lo han probado «les ha flipado», ya que -afirma- «se han unido dos cosas que gustan mucho: un mundo barroco que aprecian que se ha llevado al lenguaje de las consolas».
La duda estaba en si funcionaría una propuesta tan local a nivel internacional. La respuesta fue clara: la campaña de micromecenazgo en Kickstarter no sólo sirvió para financiar el juego (pretendían recaudar 50.000 dólares y fueron 300.000), sino también para validar que la premisa funcionaba. «Hemos hecho una investigación profunda en muchos aspectos, incluyendo pintura clásica como los cuadros de Goya, arquitectúra mudéjar e incluso leyendas como la de María Coronel, en la que nos hemos inspirado para un jefe final», asegura. Otro de los «jefes finales» se basa en la iconografía de la Piedad.
Preguntado por la posibilidad más que evidente de que esta inspiración tan clara pueda generar un aluvión de críticas, el productor del videojuego insiste en que «no es una fijación con el tema católico, sino en la tradición local llevada una fantasía, como hacen los japoneses».
Banda sonora «cofrade»
El videojuego se vende a 25 euros y en una edición «deluxe» en la que, por cinco euros más, se incluye la banda sonora, en la que han utilizado música folclórica. ¿Marchas de Semana Santa? «Alguna clásica hay, es reconocible pero adaptada a una historia de fantasía oscura», apunta. También se han usado distintos palos del flamenco, «reconocibles aquí pero que dejan atónitos a los ajenos a este folclore».
Estos son los ingredientes de un título al estilo «pixel art» que utiliza el concepto de la redención para purgar a los enemigos y en el que se usan también elementos como reliquias o rosarios para mejorar al personaje. El videojuego es de acción sangrienta y con una ambientación seria.
No es el primer título de este estudio sevillano. «Fuimos los pioneros en realizar videojuegos independientes hace diez años y nuestra anterior aventura no fue nada mal, aunque la repercusión de éste es mucho mayor», asegura el productor de «Blasphemous» que, junto con el polémico «Matanza cofrade» o el simpático «Chicotaz» tiene asegurado el éxito al integrar algo tan delicado como la religiosidad popular.
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