El B-2 Spirit, un bombardero estratégico invisible de EE. UU., ha sido desplegado recientemente en la base militar de Diego García, estratégicamente ubicada cerca de Irán y Yemen. Con un costo estimado de más de 1.100 millones de dólares por unidad, este avión de combate ha vuelto a ser protagonista en un conflicto que amenaza con reconfigurar el equilibrio de poder en Medio Oriente.
#B2Spirit #bombardero #DiegoGarcía
El diseño furtivo del B-2 le permite penetrar sistemas de defensa aérea densos y realizar ataques quirúrgicos sin ser detectado. Además, puede transportar hasta 40.000 libras de armamento, incluyendo las bombas GBU-57 A/B Massive Ordnance Penetrator, capaces de destruir objetivos enterrados a gran profundidad, como la instalación nuclear iraní de Fordow. Esta planta, considerada inaccesible para cualquier ataque convencional, se encuentra protegida por sistemas de defensa aérea rusos e iraníes, y la presencia del B-2 podría cambiar esa ecuación.
La movilización del B-2 adquiere un tono inequívocamente disuasivo en el conflicto entre Irán e Israel. Washington no descarta escenarios de intervención directa y el uso de esta aeronave implicaría un gesto geopolítico de alto impacto: el abandono de cualquier tentativa diplomática con Irán respecto a su programa nuclear.
El historial del B-2 es breve pero elocuente, habiendo participado en pocas campañas ofensivas y desplegado en varias ocasiones como señal de disuasión. Con una capacidad de vuelo de más de 11.000 kilómetros sin reabastecimiento, el B-2 Spirit representa una carta extrema en el juego geopolítico, reservada para los momentos donde las opciones diplomáticas parecen agotarse.