La noticia no es que la Policía haya atrapado a un arrebatador. La noticia sería que, contrariamente a lo que viene sucediendo, la Justicia se ocupe de no liberarlo rápidamente. Fueron tantos los casos en este sentido, que un ciudadano común podría reaccionar de manera escéptica pese al buen accionar policial, suponiendo con fundamento que de todas maneras habrá algún «artilugio legal» que permita al motochorro recuperar su libertad y volver a sus andanzas en las próximas horas, si es que no lo está haciendo ya.
Pero el caso es que a las 17:45 de la tarde del jueves, a través del Comando Radioeléctrico, personal de la Comisaría Cuarta conjuntamente con sus pares del Cuerpo de Operaciones Especiales Motorizada (COEM-Kappa), tomó conocimiento que en la esquina de las calles Pedro Agote y Avenida Choya, se habría perpetrado un ilícito.
Rápidamente, los Policías llegaron al lugar y se entrevistaron con un adolescente de 16 años de edad, quien manifestó que una persona del sexo masculino le habría arrebatado un teléfono celular Samsung Galaxy A5, de color negro, y doscientos cincuenta pesos ($250) en efectivo, para luego darse a la fuga, en virtud de lo cual realizaron amplios recorridos por la zona y en la calle Pedro Agote, inmediaciones a la base de la División Explosivos de la Policía de la Provincia, lograron interceptar a un joven de apellido Molas (21).
Al momento, de realizarle la requisa correspondiente el personal interviniente logró recuperar la totalidad de los elementos sustraídos, que estaban ocultos entre sus prendas de vestir y fueron incautados, mientras que el ahora aprehendido quedó a disposición de la Fiscalía de Instrucción en turno, y se invitó a los progenitores del damnificado a radicar la denuncia penal correspondiente en la Unidad Judicial N° 4.
Imagen de Portada: Archivo
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