La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció que el Ejército de Israel atacó dos de sus instalaciones en Gaza, dejando expuestas a trabajadores y familiares. La residencia del personal fue impactada en tres ocasiones, causando un incendio y daños estructurales. Además, el principal almacén de suministros sufrió explosiones internas y un incendio, comprometiendo gravemente la capacidad operativa de la OMS en la región.
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En paralelo, la OMS confirmó que no se retirará de Gaza, pero advirtió que la situación compromete su capacidad operativa. Los ataques en este contexto han dejado un balance de más de 59.000 muertos y más de 142.000 heridos, con la mayoría de víctimas mujeres y niños. La presencia de la OMS en Gaza está comprometida, lo que paraliza los esfuerzos por sostener un sistema de salud en colapso y aleja aún más la posibilidad de supervivencia de la población en la región.