Dos muertos y once heridos fue el balance de los ataques nocturnos con drones ucranianos en Sochi, una ciudad balnearia del suroeste de Rusia, favorita del presidente Vladimir Putin. El gobernador de la región de Krasnodar, Veniamín Kondrátiev, informó que el ataque dejó dos mujeres fallecidas y once heridos, marcando uno de los pocos bombardeos contra esta popular destinación turística desde el inicio de la guerra.
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Guerra en el Paraíso
El ataque terrorista dirigido contra civiles, que incluyó impactos en instalaciones petroleras, fue calificado como un atentado contra personas desarmadas que realizaban sus actividades cotidianas por la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zakharova. La ciudad de Sochi, rara vez blanco de ataques ucranianos desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania a finales de febrero de 2022, tiene un significado especial para Vladimir Putin, quien mantuvo allí su villa favorita hasta que fue demolida el año pasado debido al incremento de ataques de drones ucranianos en la zona.
La escalada de ataques contra territorio ruso se produce en un momento de intensificación del conflicto, con ambos bandos aumentando sus operaciones militares más de tres años después del inicio de la invasión rusa. Mientras Sochi era atacada, las fuerzas rusas continuaron sus bombardeos contra territorio ucraniano, con trágicas consecuencias en la región fronteriza de Khrkiv y la ciudad portuaria de Odesa.
Las negociaciones directas entre Rusia y Ucrania, que concluyeron sin avances significativos, coincidieron con los ataques, evidenciando la difícil situación diplomática. Las demandas de un alto el fuego inmediato por parte de Kiev y la negativa de Rusia a declarar esta tregua mantienen la tensión en la región, mientras se esperan respuestas y posibles sanciones internacionales como consecuencia de estos ataques.