Los ataques con drones Shahed, de diseño iraní y fabricados en Rusia, desafían las defensas ucranianas con tácticas de ‘enjambre’ que triplicaron la tasa de impactos entre abril y junio. La capacidad de adaptación rusa ha aumentado la efectividad de los drones, logrando ataques masivos que saturan las defensas de Ucrania. Para contrarrestarlos, Ucrania emplea guerra electrónica, ametralladoras y cañones antiaéreos, y busca nuevos drones interceptores. Esta escalada constante demuestra la evolución en la guerra aérea.
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