Un hombre de 80 años condujo un Mercedes-Benz por la emblemática Scalinata di Trinità dei Monti, también conocida como la Escalinata de Plaza de España en Roma, durante la madrugada del martes, según informaron las autoridades municipales. El incidente ocurrió alrededor de las 4 am, cuando el vehículo quedó atascado a mitad de la histórica escalinata del siglo XVIII.
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Las autoridades confirmaron que el conductor, residente de Roma, no sufrió heridas y fue trasladado al hospital, donde las pruebas arrojaron resultado negativo tanto en consumo de alcohol como de estupefacientes. El hombre declaró que se dirigía a trabajar y que tomó un desvío erróneo, aunque no supo explicar con exactitud cómo acabó descendiendo en coche por uno de los monumentos más reconocibles de la capital italiana.
De acuerdo con la policía local, al momento del incidente, el individuo tenía una licencia de conducir válida. La identidad del conductor no ha sido divulgada y no se ha informado si el automóvil era de su propiedad.
El Cuerpo de Bomberos de Italia intervino en la escena utilizando una grúa en la base de la escalinata para retirar el auto del lugar, conforme a los procedimientos habituales en áreas de valor patrimonial. Las autoridades no han confirmado si la escalinata sufrió daños, aunque en estos casos la Superintendencia Arqueológica de Roma suele realizar inspecciones para evaluar el estado de los bienes culturales afectados. Actualmente, el acceso a la escalinata permanece cerrado al público mientras se realizan dichas comprobaciones.
Este suceso revive episodios similares en el monumento, que data de la década de 1720 y connecta la Piazza di Spagna con la iglesia de Trinità dei Monti. La Escalinata de Plaza de España debe su nombre a la Embajada de España ante la Santa Sede, situada en la plaza inferior. El monumento, restaurado con una inversión de 1,5 millones de euros entre 2013 y 2015, frecuentemente aparece en producciones cinematográficas y es uno de los puntos turísticos más concurridos de Italia.
Las leyes de Roma penalizan la destrucción o el deterioro de monumentos históricos con hasta un año de prisión y multas superiores a 2,000 euros. Las autoridades instan permanentemente al respeto por el patrimonio y advierten que los incidentes de este tipo ponen en riesgo la integridad de los bienes culturales.